Sr. Director, amigos, vecinos y turistas que frecuentan el Lago Ranco:
Tengo el deber como ciudadano de esta comuna de hacer presente una inquietud de quienes frecuentan el borde costero y que se refiere a la conocida «Piedra del diablo » o «Pisada del diablo».
El caso es que este lugar está en serio riesgo de seguir siendo el paseo tan importante que han hecho muchos, ya sea para relajarse, tomar una fotografía o simplemente para contemplar la maravilla del paisaje.
El señor dueño de los terrenos colindantes al sector, a simple vista se ve que está demarcando sitios que pueden ser para la venta, con algunas estacas de color blanco. Se preguntarán qué tiene de raro esto. Bueno, no es raro que una persona quiera vender sus propiedades, tiene todo el derecho a hacerlo, pero lo «raro» está en el lugar en que están siendo colocadas las estacas (concretamente, en la playa). No obstante que la ley de borde costero indica que «desde la marca de la subida más alta del lago, se contarán 80 mts.» y desde allí hacia arriba comienzan sus propiedades. La otra franja que -por ley- debiera quedar es un bien de uso público, que nos pertenece a todos.
Amigos y vecinos, coterráneos que están en otros lugares: ayúdennos a que las autoridades delimiten definitivamente cuánto corresponde al señor dueño de los terrenos y cuánto es el borde costero, porque está justamente allí la trampa: este señor no tienen cerco desde muchos años, por lo tanto, ahora claramente se ve movimiento de demarcación de terrenos con estas enigmáticas estacas de color blanco, la mayoría de las cuales están colocadas en plena playa (ver fotografías adjuntas). Además, están talando parte de los árboles que en el sector se encuentran tales como aromos, arrayanes pequeños y otros.
Por si esto fuera poco, ya se cerró el paso con un cerco grotesco, que no sólo impide el paso de vehículos, sino que también se lo impide a peatones que desean visitar el sector, que ha sido por siempre el orgullo costero y forma parte de los lugares mitológicos de este pueblo. Es así como estamos perdiendo nuestra identidad: pasó con los sitios de Ferrocarriles y ahora no podemos permitirnos perder “La piedra de Diablo”.
Por último, queda la pregunta del millón: ¡Por qué en la concesión que la Municipalidad hizo a DIRECTEMAR no incluyó ese lugar? Amigos e instituciones de Lago Ranco: las organizaciones pueden concesionar ese borde costero para proteger lo que nos pertenece y para que no se convierta en el corto plazo en un lugar exclusivo para familias con mucho dinero.
Atte.
Gonzalo Delgado Martínez
Lago Ranco