La figura de un Puma, “Don Puma”, fue el primer esfuerzo para alentar y educar a la población sobre el daño y peligro sobre incendios forestales. La campaña fue realizada a través de afiches, en 1965, en una labor en conjunta con el Ministerio del interior y del Departamento Forestal del Ministerio de Agricultura. No obstante el esfuerzo anterior, la labor quedó trunca. Luego, en 1969, se volvió a retomar la idea de crear una imagen corporativa cuando el SAG, específicamente en la ciudad de Concepción, utilizó como símbolo para prevenir la ocurrencia de incendios forestales la imagen de un pino, bautizado como “Don Pino”. No obstante, el símbolo no tuvo permanencia en el tiempo.
Cuando la Conaf se comienza a hacer cargo del Programa de Manejo del Fuego, empieza a gestarse con mayor fuerza una campaña de prevención contra incendios forestales. La primera idea fue un símbolo con el nombre de “Custodio”, representado por un árbol. Esta opción se desecha porque no alcanza mayor acogida en la opinión pública.
El 12 de junio de 1976, durante la jornada de Evaluación del Programa de Manejo del Fuego de Conaf efectuada en la región del Bío Bío, fue cuando surge la idea de utilizar como símbolo un “Coipo”. Ese sería el instante en que Forestín “vería la luz”.
El mérito corresponde a la Ingeniero Forestal Gabriela Omegna Molina. El objetivo era contar con un animal que habitara los bosques del país y que cumpliera un rol similar al del oso “fumarola”, propio de los Parques y Bosques de los Estados Unidos. Sin embargo, ese año no se pudo concretar la idea debido al escaso presupuesto. Tendría que llegar el año 1983, en el marco de impulsar una campaña masiva de prevención, cuando Forestín pasa de la idea a la realidad. El nombre se le puso tras un concurso infantil.
Como todos sabemos, este simpático Coipo ha llegado a constituirse en el símbolo de la protección de los recursos forestales del país y es personaje a nivel de instituciones públicas más reconocidos en nuestro territorio. Hoy por hoy, Forestín se ha convertido en un gran amigo de los niños, en un gran educador y por tanto, es un orgullo para Conaf.
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Enrique Corvetto Castro