Tres compatriotas residentes en Vancouver, a pesar de la distancia, no se han olvidado del pueblo chileno y han querido dar su aporte en la reconstrucción del país. Por Ariel Araya.
Ya han pasado casi tres meses del terremoto que azotó a Chile y parece que cada día se ve más lejano, sin embargo los problemas que trajo consigo el movimiento de la tierra siguen muy presentes en las vidas de las personas de las regiones más afectadas. Es por esta razón que distintas organizaciones y gente particular y anónima siguen trabajando en distribuir y aportar con ayuda tan necesaria y urgente. Una experiencia de lo anterior viene de muy lejos, del otro lado del hemisferio, en donde tres compatriotas residentes en Canadá se han hecho presentes de forma artística y solidaria.
El pasado 6 de mayo, en la ciudad de Vancouver, se llevó a cabo el evento “Funds for Chile” organizado por Constanza, Gabriela y Soledad Muñoz (Las tres del mismo apellido, pero sólo las dos primeras hermanas). El suceso solidario consistía en un show de arte donde participaron artistas de la ciudad, en el cual se vendieron y remataron fotografías y pinturas, algunas confeccionadas por las propias compatriotas. Además tocaron 2 bandas locales y 2 Djs.
La recaudación final fue de 700 dólares y éstos serán depositados en la cuenta de los pescadores de Cocholgüe, quienes destinarán el dinero en la compra de redes de pesca, urgente material de trabajo que ha estado ausente y que no les permite salir a navegar. Los trabajadores del mar necesitan comprar 800 redes, las cuales tienen un valor de 20 mil pesos cada una, es decir se necesita un total de 16 millones de pesos. Hay mucho por hacer y es por ello que el aporte de las tres jóvenes será de gran ayuda en la campaña de recaudación para la indispensable herramienta laboral marina.
Constanza se encontraba en Chile el día del terremoto y participó de voluntaria en un grupo de educación de la FECH en la comunidad de Lolol, séptima región, trabajando con niños y niñas de la localidad afectada por el movimiento telúrico. Es en este lugar donde tomó fotografías de la destrucción y reconstrucción del pueblo, las cuales fueron expuestas y rematadas el día del evento. “Lo que yo quise hacer con las fotos fue dar un poco de mi experiencia en Chile durante el tiempo después del terremoto, para que así la gente pueda de alguna forma acercarse y ver la realidad de lo que pasó, además de la necesidad de apoyo que Chile necesita y seguirá necesitando. Decidimos organizar este beneficio porque sentíamos necesario hacer algo por nuestra gente. Desafortunadamente no estamos lo suficientemente cerca para ayudar manualmente, pero sabíamos que de alguna manera podíamos poner nuestro aporte.” Afirmó Constanza.
Gabriela, quien es artista visual y en el momento de la tragedia estaba en Canadá sufriendo la preocupación de no saber de su familia en Chile, nos cuenta que: “A pesar de haber nacido y ser criada en otro país, siento que Chile siempre va ser mi lugar de origen. Al ver las imágenes de como la gente sufría, me afectó demasiado. Una sensación de impotencia sentí por saber que no podía hacer nada al respecto, ya que estoy muy lejos. Con Sol decidimos, ya que no podíamos hacer trabajos voluntarios, tratar de juntar un poco de plata a través de un beneficio. Nuestra meta era integrar a la gente de la comunidad artística de Vancouver y que se dieran cuenta de lo mal que lo están pasando los chilenos en este momento.”
Soledad nació en Canadá, pero de los 5 a los 20 años vivió en Rancagua, por razones de salud de su madre tuvo que retornar al país del norte donde estudia artes textiles. “Es súper frustrante estar lejos cuando algo así pasa. Nos sentíamos súper inútiles con la Gabriela y de manos atadas, así q apenas fue el terremoto nos juntamos a ver cómo podíamos juntar plata para ayudar. No queríamos que fuera sólo una fiesta, porque deseábamos que hubiera un momento de reflexión, por eso decidimos hacer la exposición de arte. Cuando llegó la Conyta con las fotos, todo tomo forma.” Enfatizó Soledad, quien expuso una interesante propuesta, mezclando el diseño con la música, creando “vestidos musicales”.
Estas tres jóvenes nos han demostrado que aún se puede seguir ayudando y desde cualquier parte del mundo. Los que vivimos en Chile y tenemos la suerte de ser de las regiones menos afectadas, con mayor razón debemos seguir contribuyendo con la gente de nuestro pueblo, ellos nos necesitan más que nunca. Constanza, Gabriela y Soledad, nos han dado un ejemplo de voluntad solidaria que trasciende fronteras y continentes, que esperamos sirva de despertador de conciencias de tantos que sólo ven lo ocurrido como una anécdota que se olvida cada vez que se prende la televisión.
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Marisol Molina