Conductor del espacio que se transmite este sábado, Sergio Nuño,adelantó pormenores del capítulo que abarcará entre Valdivia y Chiloé.
“Desde Valdivia a Chiloé” se llama el capítulo de la “Tierra en que Vivimos” que Televisión Nacional exhibirá este sábado a las 22.15 horas y que incluye grabaciones submarinas y aéreas que mostrarán los efectos ambientales provocados por la instalación de cuelgas de choritos realizadas por la industria mitilicultora en bahías y canales de la Provincia de Chiloé.
La temporada 2011 contiene ocho capítulos y es la segunda parte de “Las Costas Secretas de Chile”.
En su realización, el equipo de científicos y camarógrafos -dirigido por Sergio Nuño- efectuó un extenso recorrido por las costas chilenas del sur. Su cámara ha mostrado los efectos del terremoto y tsunami del 27 de febrero de 2010. Además del desastre ecológico ocurrido en el Río Cruces, que causó la muerte de cisnes de cuello negro por la disminución del luchecillo, que era su alimento.
El realizador conoce prácticamente todo el escenario ambiental de Chile y ha recorrido en varias oportunidades la zona, por lo que ha sido testigo del cambio experimentado luego de la aparición de la industria acuícola, sobre todo en Chiloé.
“Hoy día no hay ninguna bahía de Chiloé en que no haya una cuelga de flotadores con choros. La isla que todos quisiéramos tener es un Chiloé de una belleza incomparable y otrora un lugar poco accesible. Sin embargo, la instalación, a un nivel de saturación absoluta de las cuelgas de choros, superó por lejos lo que habían hecho las salmoneras, que ocupaban menos espacio”, señaló el director, Sergio Nuño, quien realizó estudios de Dirección de Cine y Televisión en Inglaterra y se define como “un naturalista”.
Indicó que “el impacto ambiental está por verse, porque los moluscos, al igual que todos los animales, no sólo consumen alimentos, sino que también producen desechos, que van a acumularse en el mar, en el fondo, aumentando las cargas orgánicas, y por ende los equilibrios que existen en los canales”.
A juicio de Nuño, el problema se soluciona con políticas nacionales. “No se trata de tener aguas buenas para cubrir todo el mar con cuelgas de choros. Hay que saber hacia dónde va el desarrollo económico de Chiloé. Si recorren la costa de Chiloé, es un basural lleno de plumavit y plástico, productos que están comiendo los peces. Hay que poner límites y hoy en Chiloé los límites no existen”, adujo.
SOBREEXPLOTACIÓN
“Otra cosa que impacta -agregó el director- es la sobreexplotación de los recursos. Cuando ves llegar a Quellón botes repletos con toneladas de erizos y moluscos que van a los mercados extranjeros, obviamente la sobreexplotación es algo que está en debate. Podemos ver lo que pasó con la Merluza Austral, que fue un boom, hasta que prácticamente desapareció. Desaparecen pueblos, vienen las crisis y toda la alegría que había se transforma en lágrimas”, reflexiona.
Fuente: Diario Austral Osorno
