Volver a encontrarse con sus raíces culinarias fue el objetivo principal de un ciclo de talleres de cocina saludable para mujeres del sector rural de la comuna de Máfil y que finalizó con un entretenido concurso de comida mapuche entre las participantes de dicha actividad.
El taller organizado por el Centro de Salud Familiar –CESFAM- de la comuna y apoyado desde la Seremi de Salud por la Unidad de Promoción, atrajo nuevamente el interés por la gastronomía mapuche que con el tiempo ha ido quedando en el olvido, según cuentan las mismas participantes.
Denise Boettcher, Encargada de la Unidad de Promoción de la Seremi de Salud destacó el trabajo realizado entre el CESFAM y las mujeres asistentes al taller que fue orientado especialmente con pertinencia cultural y que fue guiado por nutricionistas del consultorio además de la asesora intercultural, quienes elaboraron en conjunto las recetas y preparaciones en base a sus conocimientos y experiencias.
VOLVIENDO A LAS TRADICIONES
El hecho de redescubrir la comida típica mapuche, que nuestros ancestros elaboraban a diario para alimentar a sus familias y que en la actualidad se ha ido perdiendo, hizo posible la realización de esta actividad, que no solamente enseñó a cocinar a las mujeres sino que también las hizo compartir sus experiencias de vida y salir de sus casas en el campo.
Myriam Carrasco, nutricionista y Encargada del Programa de Promoción del centro de salud, precisó que “este concurso pretendía incentivar y rescatar la cultura mapuche entre las mujeres participantes y sus familias, que es el gran trabajo que estamos realizando en el CESFAM. Por esto, a través de una manera más lúdica como fue esta actividad queremos que la comunidad mapuche de Máfil reconozca y valore su cultura, además de dar a conocer a toda la población lo nutritivo y saludable que aportan estos alimentos típicos”.
TESTIMONIOS
Durante la realización del concurso, los diferentes platos preparados por las participantes y que fueron degustados por los asistentes se llevaron los elogios correspondientes por quienes probaron una a una las exquisiteces presentadas en la exposición.
Para Elsa Antío la actividad fue muy buena porque le permitió distraerse y aprender más sobre cosas que ya no se están realizando en la comunidad, además de que con esto podrá enseñarles a sus hijos y nietos sobre la comida mapuche.
Por su parte Flor Silva señaló que “estas son cosas bonitas que se están recordando de hace muchos años, porque esto ya estaba perdido. Me gusta hacer estas cosas porque es bueno. Además yo siempre cocino comidas así, sobre todo las cazuelas antiguas, tortillas, catutos, siempre cocino la comida mapuche y le enseño a mis hijas a cocinar”.
Ruth Moraga, Asesora Intercultural del consultorio afirmó igualmente que “esta actividad fomentó el rescate de nuestras comidas mapuche y también permitió darle una mirada desde otro punto a los alimentos que comúnmente consumimos. El concurso nació después de la realización de los talleres de cocina saludable, supervisados por la nutricionista del CESFAM para ver cuántas calorías tienen los alimentos que consumen las señoras en las comunidades y además de una evaluación nutricional del estado físico de estas mujeres”.