Sonia Miriam Hernández Torres, profesora titulada en la Universidad Católica, es una de las candidatas del PRO en La Unión, aunque ella va incluida en esa lista como independiente. Su candidatura es diferente a todas las demás, por cuanto ella –a sus 62 años- está luchando por alcanzar uno de los seis cupos del Concejo, con una campaña que tiene un profundo sentido humano nacido de la experiencia que produce sentirse marginado en una ciudad que, lamentablemente, no es amigable con los discapacitados.
Esta mujer, madre de tres hijos, sufrió hace 19 años -el 29 de agosto de 1993- un accidente automovilístico en las cercanías de Osorno que la dejo en una silla de ruedas. Estuvo tres meses en coma, y cuando ella se encontraba en ese estado ocurrió la muerte de su único hijo varón, el 12 de noviembre del mismo año.
En esos años se desempeñaba como docente en la escuela Radimadi, y pese que tenía certificados médicos que le permitían seguir ejerciendo, el jefe del DAEM, Sergio Gallardo, se negó a reincorporarla al servicio. Este hecho lo considera un acto de discriminación a su condición de discapacitada, por lo que ha debido conformarse de vivir con una pensión de solo 190 mil pesos, la cual se gasta principalmente en pagar a la persona que le ayuda en las tareas de la casa.
Actualmente vive con una de sus hijas, de 31 años, contadora auditora, que se desempeña en una empresa local. Su otra hija, de 37 años, se desempeña como administrativa en otra ciudad.
Desde su dura experiencia quiere aportar a La Unión, de tal forma que se transforme el trato, la infraestructura urbana y todo lo que haga falta para hacer una ciudad más amable con los discapacitados.
¿Por qué este desafío tan grande?
“La Unión necesita que las cosas se arreglen para bien. Necesitamos mejorar la educación, y para ellos tenemos que potenciar también la llegada de centros de estudios superiores, por cuanto muchas veces enviar a los hijos estudiar afuera es un gasto bastante alto para los padres, más aún en una ciudad donde la gente no tiene oportunidades laborales. Nosotros tenemos que cambiar eso”.
¿Cuáles son los cambios que quiere proponer?
La infraestructura de La Unión no está preparada para los discapacitados. Muchas veces no podemos ingresar a los servicios públicos y tenemos que quedarnos a la intemperie bajo la lluvia, el viento, el frio o el sol, lo cual es indigno para nosotros como personas discapacitadas que igual tenemos derechos.
¿Se ha sentido muy discriminada?
“Quiero poner un ejemplo bien claro. Siempre quise reintegrarme a mi servicio, porque en otras ciudades de Chile se puede, pero acá en La Unión -aunque es el mismo país- nunca me permitieron hacerlo aunque hice todas las gestiones que estuvieron a mi alcance, presenté los certificados médicos, pero siempre obtuve como respuesta un NO rotundo. Eso es discriminación”.
¿Cómo se ve la vida luego de volver de un coma?
“Absolutamente diferente. Yo era una persona muy activa y colaboradora con mi comunidad y gremio. Verme en una silla de ruedas sin poder hacer lo que antes hacía fue algo muy terrible. Eso es algo que no me gustaría le sucediera a otras personas. Pero, en todo caso, soy una persona que ama la vida y desde mi condición quiero aportar a cambiar las cosas”.
¿Cómo es La Unión con los discapacitados?
“Ésta no es una ciudad amigable con los discapacitados. Cuando uno va a ciertos lugares, son pocos aquellos donde le dan la preferencia que incluso la ley señala. Muchas veces he tenido que devolverme sin que me atiendan. Invito a las personas a que vean todas las oficinas públicas y revisen cuantas están preparadas para que los discapacitados lleguemos a ellas”.
¿Cómo es la atención de salud en la ciudad para los discapacitados?
“En el hospital es horrible. Pero, hay un CECOF en el que me atienden muy bien, porque tienen un personal muy dedicado, con mucha vocación de servicio público; son muy empáticos con los paciente, acogedores. Igual, por ejemplo, la podóloga del consultorio, es una persona que trata bien a las personas. Ese es un modelo que deberían seguir todos los centros de salud municipal de la comuna, porque he tomado conocimiento que hay casos en que la atención no es muy amable. Eso es algo que como concejal me gustaría trabajar, dotando de más recursos a los CECOF y consultorios”.
¿Qué cosas creen que no se han hecho bien?
“Solamente, a modo de ejemplo, ¡cuantas veces se han arreglado las calles! Luego vuelven a hacerlo, porque las cosas no se hacen bien y falta de fiscalización adecuada a tiempo. La ausencia de los concejales en terreno ha afectado muchas cosas, ya que no visitan las poblaciones y desconocen la realidad de la gente. Asimismo, podemos ver la gran cantidad de perros vagos que andan en jaurías por las calles, sin que se adopten medidas desde la municipalidad para arreglar eso, lo que conlleva un gran riesgo para las personas”.
¿Qué otras cosas deben hacerse?
“Obviamente, la iluminación de las calles debe mejorarse, especialmente en las poblaciones, ya que las actuales condiciones de alumbrado deficiente permiten situaciones de asaltos a las personas. También, la seguridad ciudadana es algo que debe mejorarse, porque hay robos en las casas a plena luz del día. Creo que no es posible que en una ciudad tan grande como Santiago siempre encuentren a los autores de hechos delictuales, pero aquí en esta ciudad tan pequeña ¡jamás logran detenerlos! Eso es algo que debe cambiar, porque las autoridades deben luchar para que las personas se sientan más seguras, ya que la impunidad reina en estos momentos”.
¿Qué mensaje le envía a los electores?
«Quiero aportar a mi ciudad como concejal. La gente se ha ido por falta de oportunidades y eso es preocupante. En 1978, La Unión, era una ciudad importante, activa, pero hoy no lo es. Río Bueno hace 30 años atrás era una ciudad dormitorio, pero la buena gestión la ha transformado en una ciudad muy activa por sobre La Unión. Como capital provincial tenemos el puro nombre, por lo que necesitamos dar un mayor auge, un impulso que permita su recuperación. Quiero que me apoyen para aportar desde esa perspectiva al desarrollo que La Unión se merece».