por Beatriz Astorga, Jefa de marketing y RSE Kibernum
Hace unos días, tuve una conversación muy común entre los que estamos cerca de cumplir 40. Cada vez que cambiamos de “folio” tendemos a hacer un recuento de nuestras vidas, para revisar si hemos logrado o no, hacer lo que nos habíamos propuesto o lo que se supone que deberíamos haber hecho o logrado a estas alturas de la vida.
En estos recuentos encontramos una lista donde habitualmente están los hijos, el desarrollo laboral, emprendimientos, la compra de la primera casa, y muchos otros planes. A veces nos deprimimos por lo que “aún no hemos hecho” o nos alegramos por las metas cumplidas, pero pocas veces reparamos en las huellas que también hemos dejado en nuestro entorno y que son resultado directo de nuestra forma de vivir, me refiero a la huella de carbono.
La huella de carbono mide el impacto que tienen todas las actividades que realizamos en el medio ambiente. Teniendo en cuenta que hoy, la mayoría de nuestras actividades implican consumo de energía, significa que prácticamente todos los días realizamos una contribución a las emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) a la atmósfera.
En Chile estamos dentro del promedio mundial, cada chileno genera 5 toneladas de CO2 anualmente. Según expertos lo óptimo es llegar a 2 per cápita para asegurar que el aumento de la temperatura media del planeta no supere los 2º C y, con ello, evitar las consecuencias más graves del cambio climático.
Creo que si queremos hacer un recuento de nuestros logros, comenzaría por medir mi propia huella de carbono ¿No sería una buena meta reducir tu propia huella de carbono en un 25% para el próximo año?, pero ¿cómo hacerlo?
Reducir la huella de carbono en casa es simple: ahorrar energía y utilizar medios de transportes no contaminantes es el primer paso. También se puede invertir compensando las emisiones a través de la compra de bonos de carbono (unidad de transacción diseñado para reducir las emisiones contaminantes y cuya iniciativa es parte del Protocolo de Kyoto, del que Chile es parte desde 1998) o tomar una de las fórmulas disponibles para compensar emisiones.
Yo desde hace un año opté por ir a trabajar en bicicleta, con ello no solo reduzco mi huella de carbono, sino que también me siento bien. Los invito a tomar su propia iniciativa y así poder incluir dentro de sus logros la reducción de la huella de carbono.