Durante los meses de mayo y junio, según información entregada por el organismo, se recibieron 12 denuncias o reclamos por parte de la comunidad educativa referentes a maltrato escolar, las que ingresaron a la Superintendencia de Educación vía web y en forma presencial.
A juicio de la directora de la institución, Ana Victoria Ahumada, la disminución de un 33% en comparación a los meses de marzo y abril donde se recogieron 18 denuncias, “corresponde al trabajo que se encuentran realizando los establecimientos educacionales de la región respecto a sus manuales de convivencia y a su reglamento interno. Nos hemos percatado que existe una sociabilización del tema en todos los niveles de la comunidad, aspecto fundamental para prevenir y generar acciones frente a situaciones de agresiones y conflictos”.
Ahumada agregó que “crear talleres y dialogar con los estudiantes es fundamental para ir creando conciencia que el maltrato escolar debe ser erradicado de nuestros colegios. Si bien es algo paulatino, desde temprana edad debe existir una conversación con los niños. Nos hemos podido dar cuenta que algunos colegios están llevando la temática con brigadas de seguridad, charlas con padres y apoderados y acciones de prevención concretas en los recreos”.
La directora de la entidad fiscalizadora, recalcó la importancia que los planteles educacionales cuenten con un encargado de convivencia escolar y un consejo escolar, para el trabajo constante con los alumnos.
“Por ley las escuelas, colegios y liceos deben contar con un encargado de convivencia escolar, para así detectar en un corto tiempo situaciones que poco a poco se pueden transformar en conflictos que aumentan en intensidad. Debe haber un coordinación de funciones y un protocolo de actuación claro que regule ciertas situaciones al interior de los establecimientos”, dijo Ahumada.
Al respecto, la encargada de la Unidad de Denuncias de la Superintendencia, Herta Cárdenas, señaló que “es necesario hacer una diferencia entre maltrato escolar y bullying. Para que esta última definición sea abordada como tal debe existir una conducta agresiva, habitual y persistente en el tiempo, donde además existe una asimetría de fuerzas o poder entre los participantes”.
“Nosotros hablamos de maltrato a estudiantes o entre estudiantes, donde dos o más partes defienden sus propios intereses utilizando la agresión física o psicológica en un intento por ganar al otro. Puede que no sea reiterativo, hay igualdad de condiciones y es evidente el conflicto en la comunidad escolar. En primero lugar realizamos un trabajo de recoger información, conversar con los apoderados y si es necesario tomar medidas administrativas con los sostenedores”, agregó la Cárdenas.
Al finalizar, el organismo hizo un llamado a romper la ley del silencio, crear normas claras y consistentes, tener una presencia y compromiso por parte de los adultos, una mayor supervisión de los recreos, desarrollar habilidades para resolver pacíficamente los conflictos y enfrentar prejuicios y la intolerancia.
