24 abril 2020.- Algunas de las cosas más normales para nosotros supusieron una novedad transgresora en su momento. Un buen ejemplo de ello son los hot dogs o completos y es que algo tan sencillo como una vienesa en un pan marcó un antes y un después, así como una rivalidad entre familias.
La verdadera historia de los hot dogs
Como resulta intuible, los hot dogs nacieron en Estados Unidos, más concretamente en la reunificación post-guerra de los años 60, (échale un vistazo su historia aquí). Si se le pregunta a cualquier norteamericano, probablemente dirá que el lugar emblemático de los completos está en el paseo marítimo de Coney Island (NYC) con un vistoso cartel en el que se lee ‘Nathan’s since 1916’, pero la sorpresa aumenta cuando se desvía la mirada y se encuentra un pequeño local con el nombre ‘Feltman’s of Coney Island, the original hot dog-1867’.
Efectivamente cuando se consultan fuentes de internet resulta que el creador de los completos fue Charles L. Feltman, un inmigrante alemán que unió su pasión por las Frankfurt con su oficio de panadero en el barrio, ¿pero qué pasó para que Nathan’s le arrebatase el crédito a Feltman’s? Como relata Michael Quinn, un historiador de Brooklyn, esto se debió a una cuestión de rivalidad entre el aprendiz y su mentor.
Pero comenzando por el principio, habría que remontarse a la llegada de Charles Feltman a Estados Unidos en 1856. Inicialmente se dedicaba al oficio de panadero, vendiendo sus productos a domicilio con ayuda de un carrito que contenía tortas y almejas.
Para finales de los 60, la demanda de clientes aumentó debido a la afluencia de personas que viajaban en el recién inaugurado tren de Coney Island-Brooklyn. Los clientes le pedían a Feltman que les diera comida caliente, no almejas, así que para 1867, este añadió un hornillo para preparar un menú que saciara el apetito de los clientes.
El menú se trataba de una vienesa colocada sobre un bollo alargado, con el objetivo de que fuese más fácil comer en la playa. Esta receta se llamó ‘Coney island red hots’ y al coincidir con la recuperación económica del país, alcanzó las 4000 ventas en solo un verano. El éxito de Feltman era un hecho, así que este aprovechó la popularidad de los red hots para montar un restaurante.
El restaurante se llamó ‘Feltman’s Ocean Pavilion’, un pequeño local junto al mar que llegó a servir hasta 40000 comandas diarias.
En esta oleada de pedidos, la familia Feltman contrató a unas 1000 personas entre las que se encontró un inmigrante polaco llamado Nathan Handwerker, que inicialmente se dedicaba a cortar los bollos.
Con ánimos de prosperar, Handwerker pidió un préstamo y con las recetas de su esposa abrió su propio establecimiento de completos, pero vendiendo el mismo producto que Feltman’s no lograba atraer a los clientes. En consecuencia, decidió que sus reclamos serían los precios baratos, así que comercializó su comida a la mitad que Feltman, es decir, a 5 centavos el hot dog.
Con la llegada de la Gran Depresión y la II Guerra Mundial, el imperio Feltman comenzó a desmoronarse, vendiendo el negocio finalmente en 1940 y Nathan’s se encumbró como el único local de hot dogs de Coney Island.
Pero entonces, ¿por qué Feltman’s está abierto en la actualidad? Todo se debe a Michael Quinn y su hermano. Como cuenta el historiador, él y sus dos hermanos soñaban desde pequeños con abrir un negocio, pero por desgracia en 2001 uno de sus hermanos fue víctima en el World Trade Center. En honor a este, su otro hermano y él reabrieron el Feltman’s utilizando la receta original, logrando que hasta el Record Guiness en comer hot dogs, Takeru Kobayashi haya expresado que los completos Feltman son sus favoritos.