Después de dos meses de espera, este martes 9 de mayo se había fijado la hora para someter a Sergio Fuentes a una cirugía menor. Siguiendo las instrucciones llegó diez minutos antes a la cita. “Me hacen el PCR y el protocolo correspondiente. Al rato me dijeron que espere en el pasillo con la bata desnudo y me pasaron una frazada. Después de 1.30 hrs. me llevan en silla de ruedas a una sala junto con los que están hospitalizados en camilla, esperando 1.30 hrs. más”, relata. Dado que nadie lo llamó preguntó sobre la demora, tras esperar unos 20 minutos más, le dicen que no lo van a operar por falta de anestesista.
Ninguna autoridad del hospital le dio explicaciones. “Nadie me ha llamado para fijar una nueva hora, solamente destacó a la enfermera, llamada Daniela, y la tens, llamada Anita, que se portaron muy bien conmigo”, recuerda.
No obstante, el episodio le generó un hondo malestar. “Estas cosas no pueden volver a pasar. Me sentí vulnerado y pisoteado. Quiero que esto salga a la luz pública porque a lo mejor le ha pasado a mucha gente y se ha quedado callada”, comenta Fuentes.
El miércoles quiso hablar con el director del establecimiento y no le dejaron entrar, por eso interpondrá un reclamo formal a la Superintendencia de Salud para que situaciones como esta no se vuelvan a repetir.