El propósito fundamental de estas vivencias educativas es promover la protección del río y cultivar el amor por este ecosistema crucial para la vida y bienestar de la cuenca y sus habitantes. Este proyecto aspira a involucrar a un amplio grupo de las comunidades escolares, abarcando a profesores, directores y familias, con la esperanza de que la comunidad en su conjunto identifique, aprecie y proteja el río San Pedro y su valioso patrimonio.
Las ocho escuelas participantes y aledañas al río: Nueva Collileufu, Huaiquimilla, Nueva España, Cacique Aillapán, Ustaritz, Pampa de Ñancul, Malihue y Riñihue, fueron las protagonistas de este significativo programa. Susana Adán, profesora de 4° año en la Escuela Nueva Collilelfu de Los Lagos, y exalumna del mismo establecimiento cuando llevaba el nombre de Escuela 137, destaca: “Debemos inculcar en los estudiantes buenos hábitos: que conozcan el río, las especies, que cada vez que vayamos a un lugar lo dejemos en buenas condiciones, sin basura. Considero que estos talleres son muy importantes, tanto para los niños y niñas como también para los padres, para que todos aprendan a proteger este maravilloso río San Pedro.”
La implementación de este proyecto, liderado por Fundación Plantae, Cooperativa Calahuala, de Valdivia, y respaldado por monitores y monitoras locales de las comunas de Los Lagos y Panguipulli, se ha llevado a cabo con un valioso esfuerzo de voluntariado, motivado por la protección de su territorio. En su primera parte, el proyecto incluyó la formación gratuita de estos locales, capacitándolos para que se convirtieran en facilitadores de educación ambiental en las escuelas y actores de cambio en sus entornos.
Las diversas actividades del programa incluyeron presentaciones de títeres, trabajo en equipo, actividades en aula con boletines temáticos coloreables y metodologías al aire libre. Estas actividades se distribuyeron en cuatro módulos de aprendizaje: el uso humano del río, la historia, el cauce y la fauna y flora del río San Pedro.
El proyecto aspira a contribuir significativamente a la conservación y protección del río, y se alinea con la creación prevista de una nueva área protegida en el río San Pedro. Esto aseguraría la preservación de su incalculable valor ecológico y cultural, permitiendo que las comunidades y las futuras generaciones disfruten de las aguas cristalinas y la majestuosa belleza de este caudal que fluye desde la cordillera al mar.
Por Francisca López Espinoza, Fundación Plantae.