Dicha zona, abarcó 32 kilómetros, entre Valdivia y Mariquina, y fue una de las ocho establecidas por el SAG;Huellahue y Coz Coz, en Panguipulli; Catrilelfu, Corral e Isla del Rey (Las Coloradas); Curiñanco y Los Molinos-Niebla. El ultimo animal positivo en la región fue diagnosticado el día 13 de septiembre; un Yeco (Nannopterum brasilianum), encontrado precisamente en el Santuario, fecha a partir de la cual, no se han retirado cisnes de cuello negro con sintomatología compatible y las muestras han resultado negativas.
Durante la emergencia, las especies silvestres positivas a influenza aviar fueron; el cisne de cuello negro, huala, gaviota cahuil, tiuque, pato jergón chico, loro choroy, gaviotín sudamericano, gaviota dominicana y guanay.Además, tres traspatios estuvieron afectados, aplicando eutanasia y disposición sanitaria final de 327 aves, entreellas gallinas, pollos, patos, gallos, gansos y pavos.
“Al comienzo, los esfuerzos se concentraron en retirar los ejemplares muertos o con signología nerviosa, especialmentedesde los cursos de agua, para disminuir el riesgo de diseminación de la enfermedad. Destacar la efectiva difusión hecha por las brigadas de emergencia del SAG, dictando talleres en los que participaron más de mil 300 personas en toda la región. Esta acción permitió que la comunidad se informara y colaborara a través de las denuncias, las cuales son atendidas en su totalidad. Así, se ha logrado realizar una labor técnicamente exitosa, respondiendo también adecuadamente a la ciudadanía”, detalló el Director Regional del SAG, Carlos Burgos Martínez.
Pese a lo anterior, la tarea continúa, ya que el virus sigue en circulación a nivel mundial, lo que podría aumentar nuevamente la exposición al riesgo con la llegada de aves migratorias. Actualmente, el SAG ejecuta vigilancia permanente, atención de denuncias, las que alcanzan las 500 aproximadamente, y mantiene constante comunicación con productores que comercializan productos avícolas en la región, evaluando la bioseguridad de dichos lugares, para determinar el riesgo de ingreso de enfermedades.
En este sentido, reiterar las medidas de bioseguridad que deben tomar las personas que tienen aves de traspatio, como confinarlas, precaviendo que el agua de bebida no provenga de humedales ni de fuentes de agua superficial que tenga contacto directo con aves silvestres. También, es necesario mantener la limpieza y desinfección de las instalaciones en forma periódica, así como controlar el ingreso de personas, utensilios, animales al gallinero.
De presentarse un nuevo caso positivo, se establecerá una zona de control inicial de alrededor de 2 kilómetros, lo que significa trabajo de vigilancia clínica y muestreo, tanto serológico como molecular, durante las siguientes seis semanas aproximadamente.
“Con el objetivo de cubrir la perdida de fuentes de ingreso y/o alimentación y evitar la propagación de Influenza aviar de alta patogenicidad, el Ministerio de Agricultura tomó un seguro que cubre a productores que posean hasta mil aves y también a planteles industriales hasta 20 mil aves. Para operar, requerirá el cumplimiento de medidas mínimas de bioseguridad y la normativa del Programa de Trazabilidad animal del SAG, entre otras”, explicó el Seremi de Agricultura, Jorge Sánchez Slater.
Recordar que, la Influenza aviar es un posible riesgo de zoonosis, por lo que las labores asociadas deben ser realizadas solo por personal autorizado. El llamado a la ciudadanía es que, si observa aves muertas o enfermas, con síntomas respiratorios y/o nerviosos, como problemas para desplazarse o para levantar vuelo, no las manipule ni las recoja, debe comunicarse inmediatamente llamando o escribiendo al +56 9 3057 7510 o al correo electrónico oficina.informaciones@sag.gob.cl