El Día de Campo organizado por Grassland Analysis en Río Bueno puso de manifiesto una realidad ineludible: la necesidad de un cambio de paradigma en la producción agrícola y ganadera. La agricultura regenerativa, basada en la restauración y mejora de los suelos, se presenta como una alternativa prometedora, pero no exenta de desafíos.
La experiencia de muchos productores que han visto disminuir su productividad al adoptar sistemas regenerativos sin una metodología adecuada, subraya la importancia de contar con datos cuantificables y comparables para tomar decisiones informadas. La tecnología desarrollada por Grassland Analysis, que permite medir constantes de interés a nivel de suelo y gestionar los procesos naturales de las praderas, es un paso significativo en esta dirección.
El Dr. César Marín, en su intervención durante el evento, destacó la importancia de mantener un equilibrio adecuado en el suelo, poniendo énfasis en la microbiota y la fertilidad equilibrada.
La agricultura regenerativa no es solo una cuestión de productividad, sino también de sostenibilidad a largo plazo. La salud del suelo, la biodiversidad y la capacidad de capturar carbono son aspectos fundamentales que deben ser considerados. La transición hacia sistemas regenerativos requiere un enfoque holístico, donde la ciencia y la tecnología se complementen con el conocimiento tradicional y la experiencia de los productores.
El éxito de Grassland Analysis, que ya está expandiendo sus operaciones a otros países, demuestra que la agricultura regenerativa no es una utopía, sino una realidad tangible. Sin embargo, es fundamental que esta transición se realice de manera informada y responsable, basada en datos y evidencias científicas.
La agricultura regenerativa tiene el potencial de transformar la forma en que producimos alimentos, generando beneficios tanto para los productores como para el medio ambiente. El desafío ahora es escalar estas prácticas y hacerlas accesibles a un mayor número de agricultores, promoviendo un cambio cultural que nos permita avanzar hacia un futuro más sostenible.
La colaboración entre científicos, productores, ONG y empresas como Grassland Analysis es clave para lograr este objetivo. Solo a través de un esfuerzo conjunto podremos construir un sistema alimentario más resiliente y en armonía con la naturaleza.