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Con minga de plantación de murta Aldea Intercultural Lawan inició sus actividades como Punto de Cultura Comunitaria

Autoridades, estudiantes y representantes de organizaciones comunitarias participaron de la jornada en el sector de Mariquina, que tuvo música campesina y un menú con identidad local.

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En el límite entre las comunas de Lanco y Mariquina se ubica la Aldea Intercultural Lawan, una de las 10 organizaciones de Los Ríos que recibió financiamiento del Ministerio de las Culturas para fortalecer su plan de gestión, tras ser incorporada al programa Puntos de Cultura Comunitaria.
Una minga de plantación de murta fue la actividad escogida para su lanzamiento, a la que asistió el seremi de las Culturas, Oscar Mendoza. “Hemos podido vivenciar esta experiencia intercultural y ver cómo convive la cultura campesina y la cultura mapuche huilliche en la gastronomía, en las prácticas de juego, en el tema de la agricultura, además con la presencia de establecimientos educacionales de distintas comunas”, destacó la autoridad, haciendo alusión a la diversidad cultural presente en la actividad que, señaló, caracterizaría a las organizaciones que integran el programa Puntos de Cultura en Los Ríos.
“Tenemos colegios que participaron desde la comuna de Lanco y de Mariquina, realizando diferentes actividades, para terminar con una ceremonia tan bonita, donde la alimentación fue proporcionada por otros niños, como se hacía en forma colaborativa antiguamente en lo que eran las mingas, en que todos cooperan y todos participan”, comentó por su parte Víctor Huiquimilla, fundador y gestor de la Aldea Intercultural Lawan.
Estudiantes del Liceo San Luis de Alba de San José de la Mariquina estuvieron a cargo del cultivo de la murta, encabezados por su profesor, el ingeniero forestal Cristian Calisto. “A los estudiantes les tocó trabajar en lo que es el cultivo y la plantación de una especie nativa como es la murta y a partir de eso nacieron otras actividades como la mantención de lo que es parte integral de la especie arbórea que tiene la aldea”, detalló. Sobre la importancia de la participación de estudiantes en este tipo de actividades, el docente indicó que “ellos lo toman como un aprendizaje integral, como lo que es el trabajo en equipo, liderazgo y algunas otras materias que están dentro de su base curricular”.
La actividad también reunió a profesionales de la municipalidad de Mariquina vinculados a áreas como cultura, fomento y pueblos originarios. El alcalde Rolando Mitre, presente en el lanzamiento, señaló: “Don Víctor ha hecho una gran labor con la comunidad de Lanco y Mariquina. Deseamos que este punto de cultura comunitaria sea exitoso y seguir apoyando cada una de sus iniciativas”.
La jornada contó con un programa a cargo del dúo de música campesina Los salvajes de Tripayante. Asimismo, el Colegio María Reina de Purulón, comuna de Lanco, estuvo a cargo de elaborar un menú con identidad, que incluyó ingredientes como harina tostada, cochayuyo, papas nativas y carne de cerdo.
Prácticas socioculturales
¿Qué es punto de cultura comunitaria? Desde lo formal se trata del reconocimiento que reciben organizaciones vinculadas a una realidad socio-territorial específica, ya sea un barrio, sector, localidad o comuna, que tienen entre sus objetivos el desarrollo social cultural comunitario, identificando problemáticas locales y así contribuyendo a los intereses de la comunidad a la que pertenecen.
El programa debutó en el departamento de Ciudadanía Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio en 2023, tras formar parte de los compromisos de gobierno en materia cultural del Presidente Gabriel Boric. Históricamente el concepto tiene referencias en países como Brasil, Argentina, Costa Rica y Uruguay, reconociéndose al historiador, escritor y consultor de políticas públicas Célio Turino como su creador.
En su primera etapa de implementación en Los Ríos, tras un proceso de inscripción y evaluación, el programa “validó” como puntos de cultura a 15 organizaciones de Valdivia, Niebla, Futrono, La Unión, Panguipulli, Lanco, Lago Ranco, San José de la Mariquina y Pufudi, 10 de las cuales recibieron financiamiento.
Desde la coordinación nacional del programa, la profesional de Puntos de Cultura Comunitaria Ana María Elosua, reflexionó sobre el origen de la iniciativa. “Antes del programa las organizaciones culturales de base comunitaria no estaban visibilizadas por el Estado de Chile, por lo que viene a responder una necesidad de apoyo; a visibilizar y relevar la cultura comunitaria, lo que tantas organizaciones en Chile han hecho por largos años, su trabajo en la comunidad para y con la gente de su comunidad. Aquí encontraron un espacio donde pueden fortalecer y sostener en el tiempo sus prácticas socioculturales y que nos desaparezcan por falta de financiamiento”, señaló.
Tomando su experiencia en la Aldea Intercultural Lawan como un ejemplo concreto de lo que define a un punto de cultura comunitaria, Víctor Huaiquimilla sostuvo: “Tenemos una base comunitaria que siempre ha estado centrada en lo que es la acción social y dirigida a los estudiantes, a las personas con discapacidad y a los adultos mayores”. Lo anterior, explicó, se traduciría en actividades educativas y culturales, pero también en otras de tipo técnico y recreativo. “Pienso que lo importante en estos puntos de cultura es la articulación que se produce con diferentes grupos y que todas las actividades que se realizan están enmarcadas dentro de las acciones locales y empoderándonos de lo que es la identidad territorial, tanto con su gente como con los productos”, concluyó.
Consejeros de Cultura
En su rol de representante de las organizaciones de pueblos originarios en el Consejo Regional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Rigoberto Lienlaf indicó: “El encuentro que hace el programa para este año en la aldea para acoger a estudiantes, vecinos y personas que les interesa conocer la cultura mapuche, la gastronomía que presentó un colegio, yo creo que es sumamente interesante a replicar. Que no haya tan solo una aldea, sino haya muchas aldeas culturales”.
Por su parte, desde las organizaciones comunitarias, la también integrante del Consejo de las Culturas, Liliana Salinas, afirmó: “Soy de la idea que las organizaciones se tienen que enriquecer para que nazcan nuevas ideas, para que otras se sumen y conozcan y sean un ejemplo vivo, no sean un ejemplo en el papel ni en una red social, sino que es algo que se vive a diario y de la que nosotros como consejeros nos compete participar y estar continuamente en los territorios donde se nos convoque”.
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