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Niños y niñas de Panguipulli celebraron cumpleaños N°48 de Forestin

Rodeado de niños y niñas de kínder y prekinder de la Escuela Claudio Arrau de Panguipulli, el coipo ambientalista de CONAF, celebró su aniversario N°48.

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Con la finalidad de resaltar la labor preventiva y educativa que lleva a cabo Forestin, en su rol de mascota de CONAF, y para celebrar los 48 años desde su creación, se llevó a cabo una actividad lúdica con estudiantes de prekinder y kínderdela Escuela Claudio Arrau de Panguipulli.

La actividad fue liderada por el director de CONAF, Arnoldo Shibar y profesionales de la Oficina de Área de Panguipulli, además de la participación de las educadoras de ambos niveles educacionales, niños y niñas.

En ese sentido, el director regional de CONAF, Arnoldo Shibar, señaló que “estamos celebrando un nuevo cumpleaños de Forestin, quien cumple 48 años y quisimos hacerlo rodeado de niños y niñas, quienes siempre han estado presentes en la labor educativa que tiene nuestro ícono ambiental y son quienes llevan el mensaje sobre el cuidado de los bosques y el medio ambiente a sus familias, por lo que el rol que cumple Forestin es y seguirá siendo muy relevante”.

Historia de Forestin

Forestín nació el 12 de junio de 1976, durante la Jornada de Evaluación del Programa de Manejo del Fuego, efectuada en la Región del Biobío, cuando se sugirió que la institución debería tener un símbolo para la prevención de incendios forestales.

Su autoría corresponde a la ingeniera forestal de CONAF, Gabriela Omegna. El objetivo era contar con un animal que habitara los bosques del país y que cumpliera un rol similar al oso Fumarola, de Estados Unidos, símbolo del Servicio Forestal de ese país. Más tarde, en 1983 el roedor nativo fue bautizado gracias a un concurso escolar que organizó CONAF en la Región de Valparaíso.

Desde 2014 el coipo Forestín cuenta con sus propias redes sociales (Facebook: @Forestin, Twitter: @ForestinChile e Instagram: @ForestinChile), donde continúa reforzando su mensaje de amor y respeto a la naturaleza, a través de la educación ambiental.

El coipo (Myocastor coipus) es un roedor, el más grande de los nativos que existen en el país (40 a 60 cm de largo, 4 a 10 kg), su pelaje es marrón, con una capa de pelo gris por debajo, más un parche blanco en su hocico, donde se pueden apreciar sus dientes incisivos de color anaranajado brillante. Son herbívoros y les gusta vivir en ambientes húmedos, pues son nadadores (sus manos y pies poseen membranas natatorias). Los coipos tienen una cola larga y escamosa, a diferencia de sus parientes del hemisferio norte, los castores, que la tienen ovalada y aplanada.

Se reproduce en primavera y verano, teniendo 2 pariciones de 2 a 11 crías. La lactancia de las crías ocurre en parte dentro del agua, por lo que la madre tiene los pezones en posición latero-dorsal, de esa forma, sus crías no tienen que sumergirse.

Su distribución en Chile es desde la Región de Coquimbo a la de Magallanes, desde el nivel del mar hasta los 1100 m de altitud. Además, se encuentra en lugares húmedos de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Tanto en Chile como en el resto del mundo, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el estado de conservación de la especie es de preocupación menor.

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