Esta serie de reportajes tiene su base en el proyecto “Sembrando Futuro: Historias de Emprendimiento Sostenible”, que busca visibilizar las experiencias de mujeres emprendedoras en la agricultura sostenible de la provincia del Ranco mediante la creación de ocho reportajes escritos. Estos son financiado por el Fondo de Fomento de Medios de Comunicación Social y el Consejo Regional de Los Ríos, el cual no sólo destacarán las vivencias y logros de estas mujeres, sino que también pondrán en valor el impacto de las políticas públicas de programas como Indap, Fosis, Prodesal y PDTI en sus trayectorias.
El objetivo es promover prácticas agrícolas sostenibles, concientizar a la comunidad sobre la importancia de estas acciones y fortalecer el rol de las mujeres en la superación de brechas de género y socioambientales.
Capítulo 3: Producción sostenible de alimentos y economía circular en Chile y el mundo
La producción sostenible de alimentos es un desafío global que busca equilibrar la necesidad de alimentar a una población en crecimiento con la conservación del medio ambiente y la promoción de prácticas agrícolas responsables. En Chile, este enfoque ha cobrado relevancia en los últimos años, impulsado por agricultores y comunidades que adoptan métodos agroecológicos y orgánicos. Estas prácticas reducen el uso de químicos, protegen la biodiversidad y mejoran la salud del suelo, contribuyendo a sistemas alimentarios más resilientes y sostenibles.
En este contexto, el concepto de economía circular es fundamental. A diferencia del modelo lineal tradicional de “tomar, hacer y desechar”, la economía circular promueve la reutilización, reparación y reciclaje de recursos. En la agricultura, esto implica el aprovechamiento de residuos orgánicos para producir compost, la implementación de rotaciones de cultivos, y la integración de tecnologías que optimizan el uso del agua y la energía. Estas prácticas no sólo reducen el impacto ambiental, sino que también pueden mejorar la rentabilidad y eficiencia de las explotaciones agrícolas.
A nivel global, la transición hacia modelos de producción alimentaria sostenibles y circulares es cada vez más urgente ante los desafíos del cambio climático y la seguridad alimentaria. Esa línea es que iniciativas como la que lidera la agricultora lanquina, Senida Alocilla, demuestran que es posible combinar tradición e innovación para crear sistemas agrícolas que beneficien tanto a las comunidades locales como al planeta. Al adoptar enfoques sustentables y circulares, los agricultores alrededor del mundo están contribuyendo a un futuro más sostenible y equitativo.
Innovación y sustentabilidad en la agricultura de Lanco: La historia de Senida Alocilla
En el sector de Pilfitrana, en la comuna de Lanco, se encuentra la propiedad de Senida Alocilla, agricultora hortofrutícola que ha dedicado su vida a la producción sustentable y orgánica. Con una superficie de 8.200 metros cuadrados, ha transformado su terreno en un ejemplo de agroecología y economía circular.
Senida y su equipo, conformado por dos personas y apoyo part time en temporadas de alta demanda, cultivan una amplia variedad de frutales menores como frutillas, frambuesas, arándanos y murtilla. Además, producen hortalizas durante todo el año, no sólo en primavera y verano. Con mil metros cuadrados de invernaderos, cosechan lechuga, acelga, espinaca, cilantro, perejil, ciboulette y rabanitos, entre otros. Al aire libre, cultivan papas chilotas, maíz y porotos.
Lo que distingue su producción es el compromiso con prácticas orgánicas y sustentables. “Nuestros productos no tienen ningún tipo de químico, el manejo de plagas y malezas se realiza manualmente y con biopreparados”, destaca Senida Alocilla. Este enfoque garantiza que los consumidores reciban alimentos saludables y de alta calidad.
Comercialización directa y fortalecimiento de la economía local
La comercialización se realiza principalmente a nivel local. La agricultora lanquina ofrece sus productos en canastas personalizadas, donde el cliente elige entre una diversidad que puede alcanzar hasta 30 productos en verano. “No es una canasta autoimpuesta, sino que el cliente escoge su canasta”, explica.
Inicialmente, las ventas se hicieron a amigos y conocidos, pero gracias al boca a boca, la demanda ha crecido. Ahora, incluso abastecen pequeñas fruterías en Lanco. Senida enfatiza la importancia de fortalecer la economía local. “Como comunidad, tenemos que aprender a autoabastecernos. Lo peor que podemos hacer es traer cosas de afuera teniendo un tremendo potencial acá”, asegura.
Una de las brechas que ha identificado es el desconocimiento del consumidor sobre lo que está comiendo. Para abordar esto, utiliza las redes sociales—Instagram y Facebook bajo el nombre “Hortalizas Leofocades”— para mostrar los procesos productivos. “Invitamos a la gente al huerto y mostramos desde el compostaje hasta la cosecha. Así, entienden el tremendo trabajo que hay detrás de lo que consumen”, señala.
Apoyo institucional y espíritu emprendedor
Senida Alocilla reconoce el apoyo de instituciones como Indap en el desarrollo de su emprendimiento, pero destaca la importancia de la proactividad. “Uno tiene que salir a buscar el apoyo; no va a venir a dejarlo a tu casa. Hay infinidad de posibilidades para obtener información y recursos”, dijo.
Contrario a la percepción de que la agricultura es un trabajo arcaico y laborioso, ha incorporado tecnología para optimizar procesos. “Estamos instalando un riego automatizado y utilizamos máquinas sembradoras. La agricultura ya no es como hace 40 años. Ahora puedes producir toneladas en superficies pequeñas”, afirma.
Dedicarse a la agricultura ha significado una mejora sustancial en su calidad de vida. Después de experiencias laborales estresantes en grandes empresas, Senida encontró en su huerto una fuente de satisfacción y bienestar. “Amo lo que hago. Esta labor no me estresa para nada. Nos ha ido súper bien y nos encanta lo que hacemos”, sostiene con entusiasmo.
La agricultora invita a quienes tienen la posibilidad y las ganas de emprender en el sector agrícola a que se atrevan. “Lo que más necesitamos en este mundo es comida. Si tienes un pedazo de tierra, aprovéchalo. Es un negocio totalmente rentable”, asegura. Además, hace un llamado a valorar y apoyar la producción local, promoviendo una economía circular que beneficie a toda la comunidad.
El trabajo de Senida Alocilla es un claro ejemplo de cómo la agricultura sostenible y la innovación pueden ir de la mano. Su dedicación no sólo provee alimentos saludables a la comunidad de Lanco, sino que también inspira a otros a seguir un camino similar. Al combinar tradición con tecnología y promover una economía circular, Senida contribuye al desarrollo sostenible y a la valorización de los recursos locales. Su historia refleja el impacto positivo de las políticas públicas y el empoderamiento de las mujeres en la agricultura, demostrando que es posible construir un futuro más equitativo y sostenible.