La Unión sin rumbo: la urgencia de planificar nuestro futuro

Por Hardy Cárdenas, director Diario El Ranco

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La planificación territorial y el desarrollo comunal son temas que deberían estar en el centro del debate público. Sin embargo, en La Unión pareciera que las autoridades han olvidado una pregunta fundamental: ¿cómo queremos que sea nuestra comuna en 10, 30 o 50 años más?

Hoy, nos encontramos con una falta alarmante de proyectos de largo plazo. En las últimas administraciones municipales no se ha presentado ninguna iniciativa que proyecte a La Unión hacia el futuro. No hay planificación urbana ni estrategias para fortalecer la economía local, atraer inversiones o mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Más preocupante aún, no hay una visión clara sobre el crecimiento demográfico, la infraestructura o los servicios esenciales que necesitaremos en las próximas décadas.

Una comuna que envejece sin preparación

Los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) son claros: La Unión sigue la tendencia nacional de envejecimiento poblacional. En los próximos años, una gran parte de nuestra población será adulta mayor. Sin embargo, ¿qué estamos haciendo hoy para adaptarnos a esta realidad?

¿Tenemos planes para fortalecer la atención en salud primaria, que será cada vez más demandada?
¿Se están diseñando espacios públicos accesibles y adecuados para una población mayor?
¿Qué estrategias se están implementando para generar empleo y evitar la migración de los jóvenes a otras comunas?
Hasta ahora, no hay respuestas, porque ni siquiera hay una discusión seria al respecto.

El peligro de la improvisación

La falta de planificación lleva a decisiones erráticas y a la improvisación constante. Si no tenemos una hoja de ruta clara, La Unión seguirá dependiendo de voluntades políticas momentáneas, sin una dirección definida. Los fondos públicos se gastarán en soluciones parche, en proyectos sin continuidad y en decisiones cortoplacistas que no responden a las necesidades reales de la gente.

Esto no es solo un problema administrativo, sino una falta de liderazgo y visión. Una comuna sin planificación es una comuna condenada al estancamiento.

Un ejemplo de visión de futuro: el caso de Mashue

Si buscamos un ejemplo de planificación a largo plazo, podemos mirar lo que está haciendo la comunidad de Mashue, que decidió enfrentar la crisis hídrica con un enfoque de largo plazo y con una visión clara de su futuro.

El Programa de Recuperación de Microcuencas Prediales Degradadas (PRMPD) nació como una respuesta de la comunidad a la crisis del agua, un problema que se agudiza cada verano y que afecta tanto a las familias como a la producción agrícola y ganadera de la pequeña agricultura familiar campesina.

Este programa fue discutido a nivel comunitario entre 2012 y 2017, en una serie de asambleas donde la comunidad analizó la crisis hídrica y las posibles soluciones. Finalmente, el 16 de julio de 2019, en una ceremonia íntima y llena de simbolismo y sensibilidad colectiva, se oficializó el lanzamiento del PRMPD.

Lo más importante de este programa es su visión de largo plazo: tiene un piso de aplicación de 37 años, lo que significa que está programado hasta 2060 aproximadamente. No es un proyecto improvisado ni una solución momentánea, sino una estrategia de recuperación hídrica que garantizará el acceso al agua para las generaciones futuras.

El PRMPD busca la recuperación de las microcuencas del territorio, permitiendo que el agua regrese a los suelos y abastezca a la comunidad de manera sostenible. Gracias a esta planificación, en el futuro los habitantes de Mashue no enfrentarán la crisis del agua como otras comunidades que no han tomado medidas preventivas.

Este caso es un ejemplo claro de que, cuando una comunidad se organiza y proyecta su desarrollo a largo plazo, puede transformar su territorio y garantizar su bienestar futuro.

Si Mashue pudo anticiparse a una crisis global como la escasez de agua, ¿por qué en La Unión seguimos sin un plan claro para enfrentar nuestros propios desafíos?

Un proyecto de futuro necesita el apoyo de todos

Si queremos que La Unión tenga un desarrollo sostenido en el tiempo, es fundamental que la ciudadanía se involucre en esta discusión. El futuro de la comuna no puede depender de los ciclos políticos ni de la voluntad de una sola administración municipal.

Las ciudades que hoy ofrecen calidad de vida, desarrollo económico y sustentabilidad no surgieron por decisiones aisladas de un alcalde o de un concejo municipal en particular. Su crecimiento fue posible porque se construyó una visión común respaldada por la ciudadanía, una visión que trascendió administraciones y se consolidó como un proyecto colectivo.

Si queremos que La Unión avance con un propósito claro, debemos generar un compromiso ciudadano con un plan de desarrollo de largo plazo, que contemple:

*Un modelo de ciudad y territorio para las próximas décadas, con inversiones estratégicas en infraestructura, conectividad y espacios públicos.
*Un plan de envejecimiento digno, con políticas de salud, accesibilidad y recreación para adultos mayores.
*Un programa para retener talento y atraer inversiones, fortaleciendo la educación, el empleo y el emprendimiento local.
*Sostenibilidad ambiental, asegurando que el crecimiento de la comuna se haga en armonía con nuestro entorno.
El progreso real no ocurre de la noche a la mañana ni depende de una sola administración. Es una construcción colectiva, en la que las bases ciudadanas deben participar activamente para garantizar que las decisiones de hoy se mantengan en el tiempo.

Es hora de exigir un debate serio y un compromiso real de las autoridades, pero también de asumir nuestra responsabilidad como comunidad. La Unión necesita un proyecto de futuro que trascienda las elecciones y las administraciones municipales. Sin una visión compartida, no hay desarrollo posible.

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