En los márgenes del lago Ranco, Región de Los Ríos, donde las aguas cristalinas de Bahía Coique son emblema turístico, se levanta una fuerte controversia. La empresa Arenas Blancas S.A., parte del holding de inversiones Odisea –cuyo directorio incluye a hijos del expresidente Sebastián Piñera–, impulsa un proyecto inmobiliario que contempla 208 viviendas vacacionales. La inversión, que asciende a 40 mil millones de dólares, ha generado un amplio rechazo ciudadano y reparos desde el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
El proyecto denominado “Nuevo Desarrollo Inmobiliario Bahía Coique” fue presentado el 14 de febrero ante el SEA, el cual detectó una serie de observaciones por posibles impactos negativos en ruido, emisiones, residuos y especialmente en el tratamiento de aguas servidas. Según señaló radiojgm.uchile.cl, la autoridad ambiental solicitó a la empresa demostrar la capacidad de su planta de tratamiento para soportar el aumento de carga asociado a las nuevas viviendas.
Pero los reparos no se limitan al plano técnico. En Futrono, el núcleo urbano más cercano, emergió una fuerte preocupación ciudadana. Se ingresaron 46 solicitudes para abrir un proceso de participación ciudadana, de las cuales 40 provinieron de vecinos y las restantes de organizaciones sociales e indígenas. Entre ellas, la Agrupación Pumol Orgánico y Ambiental advirtió sobre la crisis estructural en la recolección de residuos, que en sectores rurales ocurre apenas una vez por semana, como manifestaron a radiojgm.uchile.cl.
“Estos proyectos se presentan con lo mínimo, no respetan el entorno ni se proyectan a largo plazo”, sostuvo Sandra Engracial, presidenta de la agrupación ambiental. En tanto, la concejala de Futrono, Paola Soto, agregó que “la Región de Los Ríos tiene un problema con la gestión de la basura, y la municipalidad no cuenta con la infraestructura para soportar los residuos de 208 nuevas casas”, declaraciones recogidas también por radiojgm.uchile.cl.
Más que tierra: territorio, identidad y espiritualidad
El nombre de Futrono proviene del mapudungun Futronhue, que significa ‘Lugar de Humos’. Según el Censo 2017, un 33,82% de sus habitantes se identifica como perteneciente a un pueblo originario. En este territorio habitan 30 comunidades mapuche huilliche, para quienes la tierra –la Mapu– no es solo un recurso, sino un ser vivo, base de su espiritualidad y cultura.
Una de esas comunidades es la de Isla Huapi, ubicada en el centro norte del lago Ranco. Ruth Antillanca, miembro de la comunidad, expresó a radiojgm.uchile.cl su preocupación: “Nos preocupa el impacto en los Kalulko o cuerpos de agua. En Huapi no tenemos agua potable y tomamos directamente del lago porque sus aguas aún son sanas”. Y advirtió que el proyecto amenaza el equilibrio natural y espiritual de la zona.
Para las comunidades indígenas, cada espacio natural posee un significado profundo. “En nuestra cosmovisión el agua debe fluir libremente, porque cuando la persona ya no está en esta Mapu, se va al Wenumapu (cielo) a través del Ko (agua). Si se corta el agua, se corta también nuestra espiritualidad”, agregó Antillanca a radiojgm.uchile.cl.
Además, el 24 de marzo la CONADI de Los Ríos informó que el proyecto se ubica cerca de vestigios arqueológicos conocidos como “ojo de Coique” y “Antukura”, considerados sitios ceremoniales y calendarios solares. Estas áreas tienen una profunda relevancia espiritual para las comunidades mapuche, que denuncian la inexistencia de un enfoque intercultural en la formulación del proyecto.
Mientras Arenas Blancas S.A. prepara sus respuestas a las observaciones del SEA, las comunidades del territorio exigen ser escuchadas. El desarrollo del proyecto dependerá no solo del cumplimiento de los requisitos legales, sino también de la capacidad de la empresa para dialogar con el entorno social, cultural y espiritual que rodea a Bahía Coique.
Fuente:radiojgm.uchile.cl