Más de 110 usuarios de la región han accedido a sus cirugías vasculares gracias a estrategia colaborativa iniciada en mayo

Las intervenciones están programadas mensualmente hasta fin de año, priorizando a usuarios en espera por antigüedad. Esto, gracias al trabajo conjunto entre el Servicio de Salud Los Ríos, Capredena, Fonasa, y el Hospital Base Valdivia.

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En el marco de una alianza colaborativa iniciada en mayo e impulsada por el Servicio de Salud Los Ríos (SSLR) y el Hospital Base Valdivia (HBV) junto a la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena) y el Fondo Nacional de Salud (Fonasa), un total de 112 usuarios de la red asistencial regional han logrado acceder a sus cirugías de várices.

La estrategia prioriza a los usuarios según su antigüedad en lista de espera y se ejecuta de forma mensual hasta fin de año. Esta planificación ha permitido avanzar de manera significativa en la resolución de casos pendientes, mejorando el acceso a cirugías vasculares en la región de Los Ríos.

Durante el fin de semana del sábado 12 y domingo 13, se realizaron 42 nuevas intervenciones, gracias al trabajo conjunto de un equipo de especialistas de Capredena y profesionales y técnicos del Hospital Base Valdivia.

Para relevar este esfuerzo conjunto, el director del Hospital Base Valdivia, Erick Vargas, visitó el recinto y valoró en terreno el trabajo coordinado entre los equipos de Capredena y del HBV.

En la ocasión, el director destacó que “una vez más, estamos trabajando junto a Capredena, asumiendo el desafío de resolver problemas de salud vascular, específicamente várices, beneficiando en esta oportunidad a más de 40 nuevos usuarios de nuestra red. Conversamos con el doctor, quien sigue tan comprometido como el primer día, algo que valoramos profundamente, ya que su dedicación ha sido clave para avanzar en la reducción de una lista de espera que arrastrábamos desde hace años.”

Asimismo, recalcó que este esfuerzo no es solo parte de un convenio estratégico, sino el resultado de un trabajo colaborativo que involucra a todo el equipo del hospital: personal clínico, logístico, administrativo y de apoyo, quienes hacen posible cada jornada mediante la coordinación, el traslado y la atención quirúrgica de los pacientes.

Por su parte, el Dr. Alejandro Campos, médico vascular de Capredena, destacó la importancia de abordar quirúrgicamente las várices, una patología que afecta significativamente la calidad de vida de las personas. “Las várices provocan síntomas frecuentes como pesadez y cansancio en las piernas, especialmente al final del día, y con el tiempo pueden generar complicaciones importantes como sangrados, heridas crónicas o úlceras venosas, que afectan gravemente la salud y bienestar de los pacientes”.

Por ello, explicó que “resolver esta patología mediante cirugía no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles retomar sus actividades cotidianas con mayor normalidad, sino que también evita problemas más serios como úlceras dolorosas, que requieren curaciones frecuentes y generan una alta demanda en los centros de salud. Operar a tiempo es una medida efectiva para aliviar la carga del sistema público y prevenir el sufrimiento asociado a estas lesiones”.

Además de las cirugías realizadas durante el fin de semana, los especialistas de Capredena realizaron controles postoperatorios a los 35 pacientes intervenidos en el operativo de junio. Asimismo, realizaron cerca de 60 evaluaciones prequirúrgicas a usuarios que serán operados en los próximos meses, avanzando así en la preparación y continuidad del tratamiento para nuevos beneficiarios.

Un cambio de vida: testimonio de beneficiarios

Marianela Vera fue una de las beneficiarias de las cirugías este fin de semana (sábado) y compartió su experiencia con emoción, señalando que esperaba con muchas ansias la intervención. “Primero me operaron la pierna izquierda en junio, y ahora la derecha. Ya sabía cómo era el proceso, así que llegué más tranquila. La primera vez fue excelente, los doctores tienen unas manos de ángel. Me habían dicho que era doloroso, pero al día siguiente ya estaba haciendo mi vida normal.»

Mariela sufría calambres intensos, hinchazón y había tenido una trombosis en una pierna. “Los calambres no me dejaban dormir. Mis piernas estaban muy inflamadas, no podía usar zapatos ni calcetines. Ahora no tengo calambres y me siento mucho mejor. Aparte de lo funcional, también está lo estético: una vuelve a sentirse bien, a querer mostrar las piernas en verano, que hace años no podía.»

Flor Cabrera, de 69 años, fue una segunda beneficiaria. Llevaba cinco años esperando esta intervención y durante ese tiempo, además de la inflamación y el dolor en las piernas, enfrentó otras complicaciones de salud.

“Tuve una alergia muy fuerte que me afectaba mucho las piernas, me picaban constantemente. Incluso me operé de cáncer mientras esperaba esta cirugía. Por eso, cuando por fin llegó la oportunidad, no lo dudé. Mi sueño es poder caminar sin dolor y por eso estoy muy agradecida de este operativo, y feliz de que llegue a personas como yo».

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