21 octubre 2013. Ingrid Sánchez es casada y tiene 2 hijos, vive en la comuna de Lago Ranco, en el sector denominado “Vuelta la Guitarra”, distante 7,5 km de la ciudad.
Ingrid se dedica a la producción de hortalizas en forma orgánica. Este emprendimiento lo inició hace un año en su parcela y, con recursos aportados por el FOSIS, construyó un invernadero en el cual produce distintas verduras, las que luego vende en la ciudad puerta a puerta.
No fue fácil el comienzo para esta pequeña productora a quien al comienzo sus vecinos “encontraban loca” por querer producir sin fertilizantes: “yo planteé aquí a mis vecinos que iba a hacer un invernadero basado en la producción orgánica, pero me decían que para poder producir tenía que tener fertilizantes y así las plantas podrían crecer. Y yo les decía ‘¡cómo! si los árboles y las plantas en el bosque crecen sin fertilizantes’… Bueno, nadie me apoyó y yo seguí mi iniciativa sola. Comencé a hacerlo y vi como las plantas comenzaron a crecer, hasta que comencé a producir y a vender y, gracias a Dios, me ha ido muy bien”.
Producción de materia orgánica
El tipo de producción que realiza Ingrid Sánchez se basa en el no uso de fertilizantes químicos, como así también en el no uso de pesticidas o herbicidas para el control de maleza.
Humus: fertilizante natural
Para realizar esta actividad, Ingrid recolecta hojas de los árboles al interior del bosque que tiene cerca de su casa, como también paja y estiércol de caballo y de gallina, esto lo agrega por capas en sus plataformas hasta que deja de tener olor y lo coloca en su plataforma de siembra posteriormente. Este será el abono para sus hortalizas.
Control de plagas y control de maleza
Resultan interesantes e innovadoras las técnicas de control de insectos en invernadero que utiliza esta productora de hortalizas: “Aquí se controla con una mata de ruda que está dentro del invernadero. Y en el jardín tengo una mata de romero. Una semana antes, cuando yo veo que están comenzando a salir los pulgones u otros insectos, en un balde de 20 lts. coloco hojas de romero y ruda, los dejos tapado una semana y con eso fumigo las plantas del invernadero para hacer control natural. Me da muy buen resultado. Otras veces, el solo hecho de mover la ruda -que tiene un olor fuerte- ayuda al control de los insectos”.
Calidad y sabor
Ingrid destaca además otras virtudes de su modo de producción: “La verdad es que estos productos, que consumimos nosotros también en mi hogar, tienen mucha diferencia a los que se obtienen con otras formas de producir: a mis clientes les gusta mucho el color, que es más brillante y definido, las hojas son más tiernas y el sabor, muy superior. Inclusive, yo he estado en invernaderos donde producen con químicos artificiales y el olor de mi invernadero no es el mismo”. Esta dedicación, trabajo de hormiga y el amor con que nos habla de su labor, se traducen justamente en la calidad de sus verduras. El principal producto de Ingrid es la lechuga, pero también produce tomates, cilantro, pepinos y betarragas.
Esta hortalicera realiza su labor durante todo el año bajo invernadero, lo que le ha permitido producir en forma intensa y constante.
Crecimiento
“Aquí trabajo a veces con mi hijo, ya que mi marido trabaja afuera. Me siento muy útil como mujer y siento que me las puedo solita. Espero este año hacerme otro invernadero y comenzar a sembrar afuera, con huertas siempre orgánicas, arvejas, habas etc. Todo esto me ha permitido crecer como persona y tener un ingreso para mí y mi familia y así no depender tanto de mi marido”, dice con orgullo.
Futuro
Lograr tener un distintivo de que sus vegetales se producen en forma orgánica y con una calidad de excelencia es uno de los sueños que tiene esta productora, quien -gracias a su constancia- ha logrado descubrir un mercado nuevo e interesante, en el área de la producción de hortalizas de buena calidad y mejor sabor.