27 abr de 2015. Imbuidas en la lógica del comercio justo Andrea Gallardo, Marianne Meier y Mónica Belestreri quieren desarrollar el negocio de las confecciones en lana, mediante su colectivo Ovejeras, que ha presentado su creaciones en la Feria de Artesanía de Milán, la más importante del mundo en su tipo.
Originarias de Italia, Viña del Mar y Valdivia, respectivamente, Mónica, Andrea y Marianne tienen tres historias distintas, pero unidas entorno al amor a lo que ellas reconocen como una verdadera cultura, que es el negocio de la lana. “Llegue a la lana por casualidad porque estaba haciendo un taller de orfebrería, dentro de lo que se hizo un mini-taller de fieltro de lana, para hacer los accesorios de las joyas. Me encanto el fieltro porque tiene una gran ductilidad, por eso lo estoy trabajando desde ahora”, cuenta Andrea. Mónica se inició en la lana cuando recibió unas ovejas de regalo, que la llevaron a aprovechar sus pieles. “Vi todo el desarrollo desde la esquila, al lavado, hilado y el telar. Y me enamore de este trabajo que es muy artesanal, pero abarca un mundo social muy grande y atractivo; además de las infinitas variantes que se pueden hacer con la lana.” Mientras Marianne se sumergió en la cultura lanera tras un viaje a la lejana Nepal (Asía Central). “Cuando volví no quería regresar a trabajar en Santiago, y comencé a hacer talleres de confección de lana, y aquí me mantengo”.
Tras una reunión en la tienda de Mónica las tres amigas conformaron el colectivo de Ovejeras, que busca desarrollar el negocio de la lana, aprovechando la gran riqueza ovina de la zona, sumado a la tradición de la confección de lana. “Hay gente que tiene muchas ovejas y no sabe qué hacer con la lana, incluso muchos la queman. Pero si hubiera más organización se podría usar esta lana, porque nosotros no necesitamos un material especial para confeccionar nuestros tejidos”, señaló Mónica.
El año pasado Ovejeras se adjudicó una Iniciativa de Desarrollo de Mercado (IDM) del Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec), que les ayudó a implementar sus talleres, y participar en la Expolana en Santiago, la feria más grande del país en su tipo. Por otro lado, este proyecto les permitió profundizar las lógicas de comercio justo, en la que basan su trabajo. “Nosotras no solamente buscamos un beneficio para nosotras, sino también para las tejedoras y proveedoras de lana que nos apoyan, para ir generando un mayor desarrollo social”, mencionó Marianne. “Nuestra idea no es industrializar estos procesos, sino trabajar con la gente. Por eso creemos que muchas mujeres pueden tejer nuestras confecciones, como se hace tradicionalmente en los ratos libres, o mientras ven las novelas”, agregó Mónica.
Ovejeras fueron las únicas representantes chilenas en la Feria Internacional de Artesanía en Milán, reconocida como la más importante. “Los organizadores quedaron muy contentos con nuestra participación, pero quedamos en deuda para que las próximas veces seamos más chilenos en este evento”, mencionó Marianne.
Iniciativas como ésta van en directa sintonía con uno de los focos de Sercotec, que es el apoyo de la cooperación entre emprendedores. “Para nosotros es muy meritorio que las Ovejeras se identifiquen tan claramente en el comercio justo. Para Sercotec un buen negocio es uno que también entrega una justa retribución a sus proveedores y es respetuoso con sus trabajadores. De esta forma crecen muchas familias, y también las condiciones económicas de nuestra región”, expresó Carlos Burgos, director de Sercotec Los Ríos.
Volver al encuentro de Milán, acompañadas de otros artesanos de la región, es uno de los objetivos de Ovejeras, junto con lograr la denominación de origen de la lana de la Región de Los Ríos. Sus productos los pueden conseguir en la Tienda Telares del Calle Calle, Los Robles 085, o contactando Andrea Gallardo al 78098003, o a Marianne Meier al 63113301.