El domingo 22 de mayo de 1960, el terremoto más grande en la historia de la humanidad, instrumentalmente medido, sacudió a la macrozona sur de Chile. El desastre natural tuvo una magnitud de 9.5° Richter y destruyó Valdivia.
Lo sucedido hace 65 años sigue en la memoria colectiva de la comunidad y ahora será puesto en escena con la sinfonía “Valdivia 1960”, de la compositora valdiviana Katherine Bachmann. La pieza será estrenada en el programa “Del Silencio al Renacer”, de la Orquesta Filarmónica de Los Ríos como parte de la Temporada de Conciertos 2025 financiada por el Gobierno Regional de Los Ríos y su Consejo Regional por un monto de $94 millones con cargo al Presupuesto de Inversión Regional del Gobierno Regional de Los Ríos para conciertos hasta fin de año.
Las presentaciones de agosto serán el viernes 29 en Valdivia (19:00 horas, Teatro Regional Cervantes, entradas a la venta en passline.com y teatroregionalcervantes.cl) y el sábado 30 en Corral (18:00 horas, Gimnasio Escuela Básica de Corral, entrada liberada). Apoyan la Asociación Patrimonial Cultural Región de Los Ríos, Teatro Regional Cervantes y la Ilustre Municipalidad de Corral.
La orquesta nuevamente será conducida por la directora invitada Alejandra Rivas que participó en los conciertos de julio pasado en Valdivia y Futrono.
El repertorio de los conciertos de agosto considera la Sinfonía N° 2 en Re mayor, Op 73 de Johannes Brahms. Fue compuesta en 1877, se estrenó en Viena y a poco andar se volvió en una de las obras más populares del compositor alemán. Tiene cuatro movimientos en los que la música viaja desde una atmósfera idílica, pasando por el pesimismo, hasta la alegría. La duración total de la obra es de aproximadamente 40 minutos.
Además, la Orquesta Filarmónica de Los Ríos interpretará “Valdivia 1960”, de Katherine Bachmann. La compositora integra el Colectivo Resonancia Femenina y estrenará una pieza inspirada en la catástrofe de 1960. La obra tiene cinco movimientos: Ainilebu/Valdivia, Arrebato de la Tierra, Revuelta del mar, Riñihue y Rebrotar.
La narración musical del terremoto fue creada en homenaje a la ciudad y su historia. Como parte del proceso de investigación se trabajó con la sismóloga Diana Comte de la Universidad de Chile, quien asistirá a los conciertos.
“Quise hacer un homenaje a mi ciudad, un rescate de la memoria reciente de Valdivia a través de lo que sé hacer, la música. Siento que el tema del terremoto en Valdivia no se ve aún de forma explícita en la ciudad, se habla en nuestras familias, en los espacios pequeños, pero si recorres la ciudad, es difícil encontrar algún espacio conmemorativo o de consulta, un museo, un vestigio señalizado; por esto quise aportar desde la música a los distintos esfuerzos que se han realizado en los últimos años en torno al terremoto de Valdivia, se han escrito libros, obras de teatro, se han hecho algunos homenajes y reconocimientos, pero siempre quedo con la sensación de que falta más por hacer, y por esto, a todas estas iniciativas que nombré, quiero sumar un aporte más, desde mi trinchera”, dice Bachmann.
El terremoto de 1960 provocó un tsunami con olas de hasta diez metros de altura que golpearon a Corral causando una devastación de grandes proporciones. Por eso la interpretación de “Valdivia 1960” en la comuna puerto tendrá un simbolismo especial.
De los cinco movimientos de tiene la obra, precisamente el tercero está enfocado en ese hito.
La compositora explica: “El primero (Ainilebu / Valdivia) y el último (Rebrotar) hablan sobre la ciudad de Valdivia antes y después del cataclismo, por lo que quiero destacar los movimientos intermedios que representan las 3 catástrofes vividas en la región en 1960:
El segundo movimiento (Arrebato de la Tierra) es una recreación del terremoto basada en datos científicos (ondas sísmicas de los sismogramas) y en los relatos de los sobrevivientes. En esta obra se recrean los 3 minutos y medio de cataclismo que fueron perceptibles para las personas, a diferencia del tiempo más extenso que registraron las máquinas. Luego viene una sección que refleja los sentires de las personas. El tercer movimiento (Revuelta del mar) relata el maremoto vivido en Corral, protagonizado por tres enormes olas que destruyeron el puerto y la comuna costera. Cada ola es representada por una ‘masa orquestal’ que suma cada vez más instrumentos, como las olas que cada vez se volvían más grandes. El cuarto movimiento (Riñihue) es un homenaje a la hazaña vivida en torno al desborde del lago Riñihue, el trabajo de los ingenieros y los 450 paleros que lograron evitar un nuevo desastre sobre la región. Aquí se hace un guiño a la música que representaba a los trabajadores de la ciudad en el primer movimiento, que ahora siguen trabajando, pero en el lago”.