En Chile, la primavera suele llegar envuelta en luz y colores. Las calles se calientan, los cerezos florecen y el verde se expande como una promesa. Sin embargo, bajo esa superficie vibrante existe una paradoja dolorosa: es la estación del año con la tasa más alta de suicidios en el país. Mientras todo parece renacer, miles de personas libran batallas invisibles contra una oscuridad interna que les susurra que no hay mañana.
Según el Ministerio de Salud, en 2024 Chile registró 1.207 homicidios consumados, lo que equivale a una tasa de 6 por cada 100 mil habitantes. Sin embargo, el suicidio supera ampliamente estas cifras alcanzando los 10,3 casos por cada 100 mil habitantes en el mismo año.
Un estudio de la Universidad Adolfo Ibáñez revela que los adultos, mayores de 40 años, son los concentran la mayoría de los casos, especialmente hombres adultos y mayores. A esto se suma que la soledad aumenta entre la población chilena: el Termómetro de Salud Mental ACHS-UC 2025 indica que un 19 % de las personas se sienten aisladas o excluidas socialmente, tres puntos más que el año anterior.
Esta carta es para ti, que en medio de esta estación luminosa sientes que tu mundo personal se oscurece.
Hermano, hermana:
Puede que hoy sientas que tu dolor es un secreto inconfesable, un defecto en esta época de alegría obligatoria. Que la presión por “estar bien” mientras todo florece te hace sentir aún más lejos del resto. Déjame decirte algo con la crudeza de quien también ha estado en el abismo: no estás mal por sentirte así.
En Chile, por cada muerte hay al menos 20 intentos de suicidio, según la OMS. Tu dolor no es una excepción. Es el reflejo de un malestar colectivo que muchas veces cargamos en silencio, creyendo que somos los únicos incapaces de sostener la vida.
En mi propio camino descubrí que, cuando las explicaciones racionales no bastan, a veces el ancla está en lo espiritual. No como escapatoria, sino como un hilo que ayuda a reconstruir sentido.
*Ilusión y fe no son lo mismo: la ilusión es esperar que algo ocurra; la fe es confiar incluso cuando no pasa como queríamos. No se trata de que Dios evite el dolor, sino de que te sostiene en medio de él.
*La naturaleza como espejo: así como la primavera chilena abre grietas en la tierra seca para que brote la vida, también nosotros podemos florecer después de las sequías emocionales. Basta mirar un árbol que resiste el viento en la cordillera, o una flor que emerge entre el cemento de Santiago.
*El perdón como liberación: perdonarme por no ser “fuerte” todo el tiempo, y perdonar a quienes no supieron acompañarme, fue tan sanador como cualquier terapia.
También aprendí que:
* La ilusión de “debería ser feliz” en primavera es una trampa. No tienes que cumplir con ese mandato.
* El valor no está en no caer, sino en reconocer el cansancio y pedir ayuda. En Chile existen recursos como Salud Responde (600 360 7777, opción 1) y la línea No estás solo, no estás sola (*4141), disponibles las 24 horas. No son soluciones mágicas, pero sí espacios donde no tendrás que cargar solo.
* Tu vida importa más de lo que crees. No por lo que produces ni por cumplir expectativas, sino porque existes. En un país marcado por la resiliencia, tu batalla silenciosa también es parte de nuestra historia común.
Si esta primavera sientes que el dolor te gana, recuerda: no estás solo. Hay otros en el metro, en la feria, en la plaza, luchando la misma batalla. No se trata de encontrar razones para vivir en discursos ajenos, sino de aferrarte a un solo motivo —por pequeño que sea— para quedarte hoy. Quizás sea el amor por un hijo, la memoria de alguien que ya no está, la fe en que hay un propósito en tu dolor o simplemente la curiosidad de ver cómo amanece mañana.
Quédate. Aunque sea por hoy.
Tu historia no termina aquí.
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Si necesitas ayuda, no estás solo:
*Línea de Prevención del Suicidio “No estás solo, no estás sola”: *4141 (gratis, confidencial, 24/7).
*Salud Responde: 600 360 7777 (24/7, opción 1 para salud mental).
*Emergencias: SAMU 131o Carabineros 133.
(Este texto es un editorial y no reemplaza atención profesional. Si estás en riesgo inmediato, llama a los números de emergencia).