Con profundo dolor, la familia de Julia Chuñil Catricura emitió un comunicado en el que expresan su indignación y exigencia de justicia, luego de conocerse una nueva prueba clave en la investigación de su desaparición.
Tras meses de búsqueda incansable, marchas y manifestaciones, se reveló una interceptación telefónica en la que el principal sospechoso, Juan Carlos Morstadt Anwandter, habría confesado a su padre: *“La quemaron”*. Morstadt es señalado por los cercanos a Julia como el responsable de hostigarla y manipularla.
La prueba fue presentada en un punto de prensa por abogados, organismos de derechos humanos —entre ellos el Comité de Ética contra la Tortura y Amnistía Internacional—, y por Pablo, hijo de Julia y vocero de la familia.
A casi un año de su desaparición, la familia denuncia que la justicia ha desviado la atención levantando montajes contra sus propios hijos, mientras se ignora la evidencia directa contra el dueño del predio, Juan Carlos Morstadt.
“Hoy lloramos el no poder volver a verla con vida, pero también agradecemos cada abrazo y fuerza recibida. Exigimos que la investigación siga y que el responsable entregue a Julia, que se le dé el descanso digno que merece y que pague por el dolor causado”, señala el comunicado.
Finalmente, la familia reafirma su compromiso de mantenerse firme en la búsqueda de justicia por Julia, símbolo de lucha y resistencia mapuche, y recalca que no descansarán hasta que se esclarezca su caso.
