Este 1 de diciembre, en el Día Mundial de la Lucha contra el VIH/Sida, las cifras difundidas por ONUSIDA vuelven a encender alertas. Mientras el mundo logra avances sostenidos en la reducción del VIH, América Latina continúa rezagada y con señales preocupantes. Las nuevas transmisiones han disminuido 40% a nivel global desde 2010; sin embargo, en la región han aumentado 9%, reflejando un escenario donde las desigualdades, el estigma y las brechas en prevención siguen siendo determinantes.
Han pasado 44 años desde los primeros casos de Sida en el mundo, pero la epidemia está lejos de terminar. En 2024, cerca de 40.8 millones de personas vivían con VIH, y 1.3 millones adquirieron el virus solo ese año. Aunque las muertes han disminuido más de la mitad en la última década, 630.000 personas siguen falleciendo anualmente por causas vinculadas al VIH. Las mujeres y niñas representan hoy más de la mitad de quienes viven con el virus y una proporción significativa de las nuevas transmisiones, un indicador que habla de la persistente desigualdad de género en salud sexual y reproductiva.
En América Latina y el Caribe, ONUSIDA estima que 2.8 millones de personas viven con VIH, con 120.000 nuevas transmisiones y 31.800 muertes registradas en 2024. La región no avanza al ritmo necesario para cumplir la meta global de poner fin al Sida para el 2030.
“El estigma sigue siendo una de las principales barreras en la respuesta al VIH en América Latina y el Caribe. Muchas personas aún no conocen su diagnóstico y persisten desigualdades en el acceso al tratamiento”, señala la Dra. Patricia Campos, jefa de América Latina y el Caribe de AIDS Healthcare Foundation (AHF), mayor organización mundial dedicada a la respuesta al VIH y el Sida, que busca ampliar el acceso a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento, promoviendo una atención basada en derechos y sin discriminación.
“En este Día Mundial del Sida, hacemos un llamado a líderes y autoridades para que cumplan sus promesas: ampliar el acceso a las pruebas, eliminar barreras y respaldar políticas inclusivas”, resaltó Campos.
Situación en Chile: desafíos que persisten
En Chile, las brechas no son menores. A pesar de los avances en cobertura de tratamiento, persisten desigualdades en prevención, educación sexual y acceso oportuno al diagnóstico. El estigma sigue siendo un factor que desalienta la realización de pruebas e impacta directamente en la calidad de vida de quienes viven con VIH.
“En Chile, lo más preocupante sigue siendo la falta de acceso equitativo a métodos de prevención modernos y el estigma que todavía inhibe a miles de personas de hacerse el test”, afirma el Dr. Carlos Becerra, director de AHF Chile. “Avanzamos, pero no al ritmo que el país necesita. Es urgente fortalecer la educación sexual integral, ampliar la disponibilidad de pruebas rápidas y asegurar que las nuevas tecnologías preventivas lleguen también a la salud pública”, añade.
Los altos precios de medicamentos de última generación siguen siendo una barrera crítica para muchos países de ingresos medios, incluido Chile. Las nuevas herramientas para la prevención y el tratamiento, como los inyectables de acción prolongada, entre ellos Lenacapavir, que puede prevenir la transmisión del VIH por hasta seis meses con una sola dosis, representan un salto significativo. Sin embargo, su impacto real es limitado debido a los altos costos que aún impiden su adopción en sistemas públicos.
“Esta es probablemente la innovación más parecida a una ‘vacuna’ que ha tenido la salud pública en la respuesta al VIH, pero de poco sirve si solo algunas personas pueden acceder a ella”, destaca Becerra.
Las comunidades: el corazón de la respuesta
El Día Mundial del Sida también reconoce el papel fundamental que cumplen las organizaciones comunitarias, activistas, personas que viven con VIH y trabajadores de la salud. Su labor, muchas veces silenciosa y sostenida aún en medio de crisis sociales y económicas, ha permitido que millones de personas accedan a información, prevención y tratamiento.
Este año, AHF realizará actividades conmemorativas, jornadas de pruebas gratuitas y acciones comunitarias en decenas de ciudades del mundo y también en distintas comunas de Chile, bajo el llamado global: «Prevenir, vivir y actuar frente al VIH».
El mensaje es claro, indica Becerra, “el Sida no ha terminado, y no terminará mientras existan barreras que impidan a las personas acceder a prevención, diagnóstico, tratamiento y una vida libre de estigmas.
En este 1 de diciembre, AHF Chile reafirma su compromiso con una respuesta basada en derechos, equidad y dignidad, y hace un llamado a fortalecer las políticas públicas para garantizar que nadie quede atrás en el acceso a salud.




