Formar ingenieros para un mundo en transformación: una tarea urgente desde las regiones

Por Mg. Alvaro Fecci Quiroga. Académico de la Facultad de Ingeniería. Universidad Central de Chile

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La educación en ingeniería enfrenta hoy el desafío de adaptarse a un entorno dinámico y altamente complejo, donde se requieren profesionales con sólidas competencias técnicas, pero también con capacidades para el trabajo colaborativo, la innovación y el liderazgo. En este escenario, las universidades están llamadas a revisar y actualizar permanentemente sus metodologías de enseñanza, incorporando enfoques que fortalezcan la creatividad, la autonomía y la formación integral de sus estudiantes, en sintonía con las demandas del mundo actual.

Desde la experiencia de la Universidad Central, en particular desde su sede en la Región de Coquimbo, este proceso se vive como una oportunidad para conectar la formación profesional con el territorio. Sabemos que la ingeniería regional debe responder a los desafíos del desarrollo sostenible, la diversificación productiva, la gestión eficiente de los recursos naturales y la participación activa en ecosistemas de innovación. En ese sentido, fortalecer la pertinencia territorial de nuestras mallas curriculares es clave, así como promover instancias de aprendizaje activo, vinculación con el medio y formación ética.

Uno de los focos estratégicos ha sido potenciar metodologías activas en el aula que fomenten el pensamiento crítico, el aprendizaje basado en proyectos y la colaboración interdisciplinaria. Esta renovación pedagógica no solo mejora los procesos de enseñanza-aprendizaje, sino que prepara a los futuros ingenieros para liderar en escenarios inciertos, aportando soluciones concretas a problemáticas locales, como la escasez hídrica, la eficiencia energética o la trazabilidad en procesos productivos regionales.

Además, la relación con el entorno productivo se ha convertido en un pilar de nuestra formación. Las prácticas profesionales, los proyectos de innovación con empresas del territorio, y la participación de egresados en charlas y mentorías, son parte de una estrategia integral que busca construir una comunidad académica comprometida con la región. Esta interacción no solo fortalece la empleabilidad de nuestros estudiantes, sino que también genera valor social y transferencia de conocimientos en sectores estratégicos para Coquimbo.

Como comunidad académica, asumimos con convicción el desafío de formar ingenieros e ingenieras capaces de transformar su entorno, aportando desde lo técnico, lo ético y lo humano. Reconocemos que la educación superior no puede quedarse al margen de los cambios sociales, económicos y ambientales que vivimos. Por eso, trabajamos cada día para consolidar una formación integral, crítica y comprometida con el desarrollo regional.

El camino hacia una ingeniería con sentido territorial no está exento de desafíos, pero es precisamente en esos desafíos donde se construye el futuro. Y en ese futuro, las universidades regionales tienen un rol protagónico que no podemos ni debemos eludir.

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