Ayer se conmemoró en diversas ciudades de Chile, el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. En nuestra ciudad, agrupaciones de mujeres se reunieron en el Paseo Camilo Henríquez, lugar en donde se proyectaron imágenes sensibilizadoras sobre el tema, se realizaron representaciones teatrales y artistas locales compartieron su música.
DIA INTERNACIONAL DE NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
En varios puntos de la ciudad se observaron afiches con mensajes alusivos al tema, como El machismo Mata», «Menos vírgenes y rosarios, respaldo a los derechos humanos», «Basta de Impunidad», etc.
Por otra parte, la Red de Mujeres de Valdivia, emitió una declaración pública, que a continuación presentamos:
No más violencia contra las mujeres
Desde 1981, las mujeres latinoamericanas y del Caribe observamos el 25 de noviembre, como el día de no más violencia contra las mujeres y las niñas, con el objeto de promover el reconocimiento de la violencia de género y demandar justicia y su total erradicación de nuestras sociedades. La fecha fue elegida en conmemoración del brutal asesinato en 1960, de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo.
La violencia contra las mujeres sustenta y reproduce un sistema social jerárquico de género. Un sistema que traduce la diferencia sexual en desigualdad, normalizando modos de ser, discursos y prácticas que inferiorizan a las mujeres.
La violencia contra la mujer, es ejercida sistemáticamente sobre nuestros cuerpos y vidas, sin distinciones de clase, educación, origen urbano-rural, origen étnico, capacidades especiales u otras, atentando contra nuestra integridad, salud, libertades y vida, tanto en lo privado como en lo público, a través de miradas intimidatorias y agarrones en las calles; abuso sexual en las escuelas, universidades e iglesias; salarios más bajos, la maternidad obligatoria y el control de nuestros cuerpos y nuestros deseos; lenguaje sexista; abuso de nuestros cuerpos en los medios de comunicación, en la publicidad y en el cine, la invisibilización del trabajo doméstico, las trabas en el acceso a la participación social y política así como a la justicia y el femicidio.
La violencia contra las mujeres está presente en nuestras vidas en los distintos espacios que transitamos, donde lo masculino es la medida de todas las cosas, y no se reduce a las relaciones de pareja y la familia.
Por lo tanto, ¡Erradicar la violencia contra las mujeres es cambiar la sociedad, la cultura y la vida!
Para ello, debemos romper el silencio y responder frente a la violencia, instaurando nuevos y mejores relacionamientos humanos.
Romper el silencio nos exige hurgar en la memoria propia y ajena, reconociendo y denunciando las diferentes máscaras de la violencia contra las mujeres.
Romper el silencio significa perder el miedo a hablar, gritar, defendernos y a buscar ayuda.
Romper el silencio nos pide reconocer en nosotras mismas y en otras mujeres, las fortalezas que nos permiten y han permitido sobrevivir.
Romper el silencio supone proponer y exigir mecanismos que nos protejan, sancionen y erradiquen efectivamente, la violencia contra las mujeres. Y esta es tarea no sólo es de gobernantes y legisladores, es tarea de una comunidad que vigila y cautela.
Romper el silencio requiere romper con las desconfianzas entre nosotras, creernos y confiar en otras y otros, para crear redes de solidaridad y apoyo que nos permitan confrontar la adversidad que se nos impone por la vía de la violencia.
¡Erradicar la violencia contra las mujeres es cambiar la sociedad, la cultura y la vida!
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Marisol Molina