Impacto ha producido en todo el país, el tiroteo que se produjo este mediodía en la ciudad de Santiago, cuando personal de la Policía De Investigaciones de Chile, se enfrentó en un cruento tiroteo con una serie de delincuentes que estaban involucrados en el robo de cables telefónicos.
La noticia conmocionó a la ciudadanía, tanto por el cobarde hecho previo como sus fatales consecuencias. Si bien los pormenores no están detallados del todo, el hecho más grave habría ocurrido cuando estos delincuentes se enfrentaron decidida y cobardemente a dos miembros de la institución -un hombre y una mujer- matándolos por la espalda.
Luego de aquello se produjo una loca carrera en pleno centro de la capital, con el objeto de atrapar a los autores de los homicidios, volviéndose a generarse un cruento fuego cruzado. En la refriega y durante la persecución, volvieron a presentarse bajas, esta vez por parte de los delincuentes, muriendo en el lugar, el presunto autor de los disparos que causaron la muerte de Karin Gallardo y Marcelo Morales.
Asimismo, otros agentes de la PDI resultaron heridos tanto por la persecución, como por otra andanada de disparos.
Entre los efectivos que salieron lesionados, se encontraba Gerardo Vera Solís, funcionario de Investigaciones oriundo de lalocalidad de Cuinco comuna de La Unión. Es por este motivo que quisimos conversar con el Subprefecto de nuestra ciudad, Aldo Salvo Merino, quien nos informó que ya se había contactado con los padres del agente, informándoles que éste se encontraría en el Hospital de Carabineros fuera de peligro y que sólo presentaría algunas lesiones leves en una de sus extremidades del lado Izquierdo.
De la misma manera se informó que si bien los padres de Gerardo Vera se encontraban angustiados por todo lo ocurrido en el día de hoy, al momento de informárseles de los detalles de salud de su hijo, estos agradecieron la oportuna información recibida de parte de la institución.
Delincuente abatido combatió como mercenario en Vietnam
Italo Nolli Olivan (68), el hombre implicado en el crimen de dos detectives, registrado esta mañana en San Bernardo, no era un delincuente común.
El sujeto, abatido por la policía en el centro de Santiago, formó parte de las Fuerzas Armadas y combatió como mercenario durante casi dos años en Vietnam.
En 1987, estuvo implicado en una causa por presunto fraude con seguros de vida, cuando intentó hacer pasar por muerta a su esposa.
En 1996, mientras enfrentaba 10 órdenes de aprehensión pendientes, fue detenido, pero antes trató de resistir su captura con dos pistolas, un corvo militar y una cartuchera repleta de municiones
En ese momento estaba dedicado al comercio de chatarra y había cometido varias estafas por 350 millones de pesos, usando cheques sin fondo y letras de cambio fraudulentas.
Por esta causa estuvo en prisión preventiva desde 1996 a 1999, cuando la Corte Marcial le otorgó la libertad previo pago de una fianza de 50 mil pesos. En dicho proceso judicial no se registró una condena.
El año ’87 también se abrió una causa en su contra por infracción a la ley de armas, mientras que el 15 de junio de 2010 se le procesó por hurto de material de guerra.
El sujeto tenía un acabado conocimiento de armamento, lo que explicaría la gran cantidad de proyectiles que pudo disparar en contra de los efectivos policiales en San Bernardo y la resistencia que opuso en el centro de la capital, antes de ser abatido.
Sus vecinos lo describen como un hombre reservado y de carácter prepotente, que tenía incluso «apariencia de gangster», ya que siempre vestía un impermeable negro.
Padre de detective herido
