Tres montañas y tres cumbres fue el saldo de la expedición en que participó César Ibáñez en la Cordillera Blanca del Perú. El deportista permaneció por tres semanas en el país vecino para alcanzar sus objetivos.
Iniciaron su viaje con mochilas cargadas de sueños y los cumplieron. El Ingeniero y montañista Unionino de 33 años, César Ibáñez, viajó hasta tierras peruanas en compañía de dos amigos – Marco Poblete (Cohaique) y Camilo Hornauer (Valdivia) – con quienes se dispuso subir tres bellas montañas ubicadas en la escultural Cordillera Blanca del Perú.
La Cordillera Blanca está situada a 408 kilómetros al noreste de Lima, en plena zona tropical extendiéndose a través de 180 Km. de largo y está cubierta por extensos glaciares, siendo la cadena montañosa más alta de los Andes Peruanos y de las zonas tropicales en todo el mundo. Cuenta con más de 35 picos nevados que superan los 6.000 msnm.
El itinerario del equipo se fue cumpliendo poco a poco, alcanzando las cumbres de los nevados Vallunaraju 5.686, Yanapaccha 5.460 y Tocllaraju 6.032, todas montañas glaciadas, donde abundan las grietas, temperaturas extremas y los efectos de la altura son inevitables.
Respecto del objetivo más complejo, César Ibáñez sostuvo que “el Tocllaraju fue la montaña más dura. Durante el ataque de cumbre las condiciones climáticas fueron muy inestables y el cerro es bastante largo. Tuvimos que superar varias grietas y de vez en cuando se escuchaba el sonido amedrentador de alguna avalancha. Finalmente, a escasos metros de la cima hay que escalar una fuerte pendiente, un lugar donde el frío y la altura amenazan hasta la voluntad, pese a todo esto logramos el objetivo”, concluyó.
La expedición se extendió por tres semanas, periodo en el cual los montañistas recorrieron los diferentes valles en los cuales se emplazan estas montañas, instalando campamentos de altura que van desde los 4.000 a los 5.000 mts. de altitud, para ir aclimatándose gradualmente al aire enrarecido que ronda en esas latitudes.

La Cordillera Blanca actualmente es destino de montañeros de todo el mundo, atraídos por la singular belleza y los distintos niveles de dificultad que ostentan sus colosos de hielo y nieve. La ciudad de Huaraz es el punto de partida para los aventureros que junto con disfrutar de esta comprometida disciplina, tienen la posibilidad de empaparse de la seductora cultura local.
El deportista aprovechó esta tribuna para reconocer el apoyo de sus cercanos. “Siempre hay gente que te da mucho ánimo y apoyo antes de emprender un nuevo desafío, por eso quiero agradecer a mis colegas, amigos, camaradas de montaña y sobre todo a mi familia y señora quienes me han respaldado siempre. Todos ellos son fundamentales”, concluyó.
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