Cercano a cumplir cuarenta años de vida sirviendo a la cultura de la provincia y de la Comuna, el Museo Arturo Moller de Río Bueno, se levanta como un archivo moderno y activo de nuestra historia comunal, provincial y regional.
Ubicado en el sector céntrico de la ciudad, es difícil adivinar que dentro de sus muros se encierra una valiosa y cuidada colección de utensilios, armas, herramientas, fósiles y recreaciones, que abarcan periodos y el reflejo de -mayormente- dos culturas que finalmente conviven en lo que somos hoy en día: una argamasa proveniente del mundo mapuche y de los esforzados colonizadores que un día llegaron a estas tierras a forjar sus vidas.
Fresia Salamanca Molina, Directora del organismo, prácticamente lleva toda su vida trabajando en él, pues si bien nos comenta que desde el año 1983 se hizo cargo de la entidad, es desde mediados de los ’70 que trabaja en el museo Ríobuenino, al cual le queda menos de un mes para que pueda celebrar las cuatro décadas de vida sirviendo a la comunidad; un servicio que se refleja en que el acceso o entrada al recinto es liberada, ya que se financia con fondos provenientes del municipio local y del Departamento de Cultura.
Por otro lado, es grato comprobar que el estado de conservación y exhibición en el que se mantienen los objetos expuestos al público, es óptimo, eso sin contar con el nivel de iluminación y temperatura que mantiene el recinto; algo sorprendente en comparación con muchos otros museos de nuestro país: “lo que sucede es que el problema radica en que muchos museos de Chile, están instalados en construcciones antiguas o en casas viejas, lo que complica que se logre una presentación óptima”, nos comenta la Sra. Fresia. “En cambio el museo de Río Bueno se construyó con ese fin. Además en un principio, se le entregó a cargo la colección a la Universidad Austral, quien se preocupó de la mantención y restauración de las piezas y fue la misma entidad académica quien diseñó el tipo de vitrina adecuado para cada cosa, modernizándolas a mediados de los ’80, una museógrafa y una arqueóloga de Santiago”.
Historia
Otro de los datos llamativos, es que la mayor parte de los objetos que mantiene este entidad dentro de sus muros, proviene de la colección privada de un ciudadano de la comuna que la donó con una sola generosa condición: que fueran exhibidos en un recinto abierto al público, para que pudiesen ser admirados por toda la comunidad.
Arturo Moller demoró toda una vida para reunir una cantidad de objetos valiosísimos, pero que a principios de los ’70, al ver que su condición de salud no era la mejor, prefirió compartirlos con todos quienes quisieran apreciarla.
Ahora los objetos son materia de una cuidadosa mantención que está a cargo de su misma directora, quien ha recibido una completa capacitación a nivel nacional, relacionada con este tema.
Público
El museo en estos momentos está abierto a todo público, pero en invierno (desde marzo a Diciembre) mantiene un horario especial, de lunes a jueves desde las 9 AM, hasta las 18 horas y el viernes de las 9 AM a las 17 horas. De la misma forma, los sábados se encuentra con sus puertas abiertas de las 10 a las 14 horas. “Si bien siempre viene gente adulta a visitarnos, la mayor parte de nuestro público proviene del segmento escolar, inclusive vienen muchos de la ciudad de La Unión, de San Pablo y de escuelas rurales”.
En cuanto al cuidado que debe mantenerse de los objetos durante la visita de cursos o grupos particulares, “esta se hace en el momento en que uno va guiando al grupo, en el minuto en el que uno va explicando lo que tenemos”.
Donaciones
Si bien la mayor parte de lo que está en exposición proviene de la colección privada de Arturo Moller, también se reciben donaciones por parte de quienes deseen hacerlo, “ahora último, estamos tratando de generar una vitrina con billetes y monedas antiguas. Hemos recibido bastantes donaciones y nos encontramos catalogándonos para luego, ponerlas en un espacio definitivo”, señala Fresia.
Dentro del mismo tema, la directora del espacio nos comenta que “no todo lo que se recibe se exhibe; hay cosas que están muy deterioradas o que tenemos repetidas. Entonces tenemos que proceder a clasificarlas y guardarlas en un depósito especial para ellas. Por poner un ejemplo: tenemos una gran cantidad de cerámica mapuche, pero una vez clasificada, sólo exhibimos una parte de ella, porque sería imposible por problemas de espacio, exponerla en su totalidad”.
Invitación
Finalmente y luego de una amena charla -con invitación mediante a volver- la Sra. Fresia realizó una llamado a todos los vecinos de la zona, a visitar las dependencias de la institución, para así saber y conocer un poco más acerca de nuestro pasado y de nuestras raíces, es decir, de quienes somos.
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