Reserva Biológica Huilo Huilo realizó la primera versión del Concurso Gastronómico del Diweñe

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El concurso, que premió a los tres mejores exponentes de las categorías Gastronomía y Repostería, se efectuó este fin de semana en la Cervecería Petermann, ubicada al interior de la reserva, en la comuna de Panguipulli.

 

En la Reserva Biológica Huilo Huilo, ubicada en la localidad de Neltume, comuna de Panguipulli, se realizó el sábado 3 de septiembre el Primer Concurso Gastronómico del Diweñe. El plato ganador en la categoría Gastronomía fue “Salmón Crunch”, preparado por Noelia Farfal, mientras que en la sección repostería el primer lugar lo obtuvo “Texturas del Bosque”, preparado por Jéssica Sepúlveda, de Baobab Hotel & Spa.

 

Pablo Álvarez, asesor de alimentos y bebidas de Hoteles Huilo Huilo, señaló que el concurso “nació para generar una actividad que le rindiera tributo a la cosecha del diweñe, actividad tradicional en la zona, y porque uno de los tres pilares del proyecto Huilo Huilo es la relación con la comunidad”.

 

Álvarez agregó que la interacción con la comunidad fue precisamente la motivación que tuvo la Reserva Biológica Huilo Huilo para organizar el evento. Al respecto, indicó que “el concurso fue concebido específicamente para congregar a la comunidad más cercana, de Puerto Fuy, Choshuenco, Neltume y Panguipulli, que es de donde proviene la gente que participó”

 

Noelia Farfal, ganadora en la sección Gastronomía, expresó que “me parece excelente que la Reserva Biológica Huilo Huilo realice concursos para rescatar la gastronomía local y que estimulen la creatividad de la gente de esta zona. Yo soy de Choshuenco y no me dedico a esto, simplemente me gusta cocinar”. Su plato consistió en salmón al horno en costra de perejil y mostaza, sobre cama de puerros y tomates a la mantequilla.

 

La ganadora en la sección de Repostería, Jéssica Sepúlveda, quien trabaja como maestra pastelera de Baobab Hotel & Spa, explicó que el plato que presentó “se llama Texturas del bosque, porque tiene diversas texturas, espuma, crema y crocante y diversos niveles de acidez y dulzor”.

 

El postre estaba montado en una salsa de guinda ácida con una mousse de ruibarbo, que en su interior llevaba salsa de frambuesa con un crumble de galleta. Sobre esta preparación, llevaba una espuma de membrillo, cubierta por un crocante de galleta de nuez y avellana, acompañado de un biscuit de avellana y piñones y un helado de crema de castañas con perfume de murtado.

 

 

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