A cuatro años

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Cuando en la segunda mitad de los 70 se da inicio por la dictadura de un inconsulto proceso de regionalización, la antigua provincia de Valdivia sufrió la pérdida del estatus administrativo y político que tenía, realizándose una fusión de diversas provincias con características diversas, creándose la nueva Región de Los Lagos, con capital en Puerto Montt.

Prácticamente desde que se tuvo conocimiento de los alcances de esta reforma, desde Valdivia y sus comunas surgieron voces solicitando que Valdivia recupere su antigua condición, constituyéndose como región, en atención a sus particulares condiciones humanas, geográficas y económicas, con una historia distintiva y tradiciones propias. No fue hasta el retorno a la democracia que luego de una larguísima discusión parlamentaria se viera plasmado el anhelo de “Valdivia Nueva Región” y se constituyera esta nueva unidad regional, con dos provincias, restituyéndose de paso a La Unión su calidad de capital provincial, o de departamento, como lo era hasta 1975 a lo menos.

Muchas fueron las expectativas de los valdivianos, confiado de que la toma de decisiones, al realizarse en casa por hijos de la zona, sería más efectiva, los proyectos a efectuarse de mayor calado y trascendencia, en resumen, que se produciría un fuerte impulso económico, generando empleos en mayor cantidad y calidad, reactivando la actividad fabril tan disminuida desde mayo de 1960, sufriendo largos años de letargo, en los que vimos como Valdivia, tanto la región como la ciudad, se quedaban atrás del ritmo de desarrollo que invadía al resto del territorio nacional.

Sin temor a equivocarnos, creemos que buena parte de estos sueños no se han cumplido, sino que mas bien nos hemos quedado en un discurso algo chauvinista y añejo, en los cuales exaltamos las inmensas capacidades de los profesionales de la región, pero que a la hora de designar a funcionarios de la alta gerencia pública, se importan desde Santiago o Puerto Montt; en el que nos ufanamos de las privilegiadas condiciones ambientales de la región, con sus lagos, ríos, volcanes, flora y fauna única; pero que sin embargo se encuentra desconocida para el común de los habitantes de la región; en la que hacemos llamados a invertir y desarrollar en turismo como fuente laboral y de desarrollo económico, pero sin que existan circuitos turísticos establecidos y menos una promoción eficaz y eficiente de los atractivos regionales. No podemos creer de manera seria que la actividad turística de Valdivia se reduzca a recorridos fluviales por el santuario de la naturaleza, alguna visita guiada al castillo de Niebla y la noche valdiviana. No podemos creer que la actividad fabril regional se limite al procesamiento de lácteos y la planta de celulosa de Mariquina. No podemos aceptar que mientras se usen slogans como “Valdivia, ciudad saludable” tengamos múltiples episodios de contaminación por smog al año. No podemos aceptar que se hable de que tenemos que mejorar la conectividad regional y no exista siquiera un proyecto de ruta pavimentada hacia Corral. No podemos aceptar que esta región tenga los mayores niveles desempleo a nivel nacional y los menos índices de crecimiento económico.

De seguir en la misma ruta en la que nos llevan nuestras actuales autoridades seguiremos como estamos y peor, pues en muchas áreas hemos experimentado retrocesos y no avances.

La responsabilidad de realizar el giro en la conducción regional es de todos. La responsabilidad de que el sueño de Valdivia nueva región se cumpla es de todos. Y ese es el llamado, a que seamos todos quienes comencemos a hacer de esta región algo más que una colección de comunas que sobreviven como mejor pueden.

Dr. Marcos Saldías Yáñez.

Presidente Regional de Los Ríos

Partido radical Socialdemócrata

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