Cocule Alto: El lugar olvidado por los concejales

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Dirigentes de Cocule Alto con Herty Báez

Son 48 familias que viven en el sector de Cocule Alto, un lugar en el límite del radio urbano, donde viven personas de esfuerzo que luchan por ganarle a la adversidad pero que han sido olvidadas largos años por las autoridades locales.

“En cuatro años ningún concejal ha venido a visitarnos y menos la alcaldesa”, es la primera frase que expresan los dirigentes de la Junta de Vecinos y del Comité de Agua que esta semana se reunieron con la candidata a concejal Herty Báez.

“Usted es la primera candidata a concejal que viene a vernos. También vino antes la señora Angélica, pero sin sus candidatos a concejales –acota una de las vecinas- porque parece que no somos importantes para nadie”. Así continúa el diálogo a través del cual expresan un profundo sentimiento de frustración y dolor de sentirse postergados por años, sin que nadie escuche o atienda sus necesidades.

“Queremos salir a través de los medios de comunicación locales, que sepan que existimos y que somos el lugar olvidado por los concejales; ese seria el titular”, dicen las esforzadas mujeres jefas de hogar y dirigentes de ese sector.

Poco a poco comienzan a contar las dificultades que enfrentan. La falta de oportunidades laborales, ancianos que no tienen ayuda, la falta de espacios recreativos.

Lorenzo Hernández, presidente de la junta de vecinos, a sus ochenta años sigue luchando por cambiar la situación del sector. “Lo que pasa aquí es que estamos en el borde exterior del radio urbano, y por eso nosotros somos un sector rural, aunque hay algunos que están dentro del radio urbano, lo que hace difícil los proyectos”.

El agua potable que recibe es bombeada desde la ciudad a través de un sistema en que el municipio paga el agua, pero ellos deben cancelar la electricidad que gasta la motobomba, lo que a veces se dificulta -cuando el consumo aumenta- ya que muchos no tienen trabajo y hay personas de la tercera edad que su pensión solamente les alcanza para pagar el arriendo del lugar donde viven. El pago de los metros cúbicos de agua es el único beneficio real que reciben del municipio.

En el lugar hay una veintena de jóvenes que se han organizado y que, debido a la distancia con el pueblo, se mantienen alejados de los vicios -situación que los tiene orgullosos- pero que si no se generan instancias para que ellos ocupen el tiempo libre, corren el riesgo de alejarse.

A medida que avanza la reunión comienzan a expresar sus anhelos. “Queremos tener un espacio con multi cancha y juegos para que nuestros niños y jóvenes se entretengan sanamente, y aquí hay un sitio que venden y que puede servir para eso, pero no sabemos que hacer para poder lograrlo”, dice una de las dirigentes. “Nos gustaría tener un agua potable propia a través de pozo”, expresa otra vecina. “Esta sede la construimos comprando el sitio con esfuerzo, pero queremos seguir mejorando su aspecto y también equipando la cocina”, acota otro dirigente.

Sus peticiones no son inalcanzables, requieren de voluntad y apoyo concreto. Ellos quieren ver hechos, no palabras.

Al concluir la reunión, Herty Báez, se compromete a que saldrán en el diario, y que si ella gana o no en las próximas elecciones volverá a reunirse con todos para darles el apoyo que necesitan.

A través de cálidos abrazos, los dirigentes al despedirse  expresan la gratitud a quien tuvo el tiempo de escucharlos y de comprometerse con su lucha.

Es de esperar que en los próximos cuatro años -Cocule Alto- deje de ser el lugar olvidado por los concejales, para convertirse en un lugar donde se concretan los sueños y en el que la fe y la esperanza  ganan a la adversidad. Ellos tienen el valor y la fuerza para poder lograrlo.

 

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