Organizaciones que agrupan a más de 120 artesanos argumentan que el pueblito artesanal no fue consultado con ellos y consideran poco apropiado el sito en el cual se pretende emplazar el proyecto elaborado durante la administración anterior.
Su más absoluto desacuerdo con el lugar donde se construirá el proyecto del pueblo artesanal, mostraron los dirigentes de seis organizaciones de La Unión que agrupan a más de 120 personas que por años vienen trabajando en el rubro de la artesanía.
Dirigentes del Sindicato de Artesanos del Ranco, Agrupación Manos Trabajadoras, Newen ka Kimun, Alerce Milenario, Amigos por el Turismo y Taller Misión de Mujer, señalaron a Diarioelranco.cl, que no se consultó a las organizaciones y cuestionan el emplazamiento que tendrá por considerarlo “poco apropiado”.
Según María Elena Solís, presidenta del Sindicato de Artesanos Independientes de la cuenca del Ranco, “el lugar no cuenta con estacionamiento para los turistas que vienen de fuera, está expuesto a los malos olores del río, no fue consultado con las organizaciones y, por tanto, desconocemos el proyecto en sí, porque departe del municipio no se han reunido con nosotros para mostrarnos el proyecto”.
Judith Moreira, presidenta de la agrupación artesanal Manos Trabajando, señala que: “El Departamento de Cultura no se reunió con nosotros, como tampoco lo hicieron los proyectistas para conocer de nosotros, que somos los que ocuparíamos un espacio como ese, por lo que resulta prácticamente un proyecto impuesto sin consulta ciudadana”. La dirigente agregó que, “nos interesa vender al turista que viene de fuera y ellos andan en vehículo, pero no hay estacionamiento. Además no está cercano al centro y allí no hay afluencia de público”.
Por su parte, Norma Soto, presidenta de la agrupación Alerce Milenario, señala que “es lamentable que no se consulten las necesidades y el punto de vista de los artesanos, porque creo que nos merecemos el respeto de las autoridades, y esto claramente es un atropello a las organizaciones, porque no se nos consultó este tema”. Asimismo agrega que “el número de puestos es limitado, por lo que puede ser discriminatorio la asignación de lugares, y no sabemos que criterios se va a emplear en caso de distribuir los puestos”.
La organización artesanal mapuche Newen Ka Kimun, presidida por Aida Loncochino, sostiene los mismos reparos al proyecto, especialmente porque son una organización que debe ser consultada, particularmente por el Convenio 169 de la OIT que determina la consulta que debe hacerse a los pueblos originarios en proyectos que les afecten, y como organización mapuche debieron haber sido consultados en esta materia que les atañe de manera directa.
Pamela Valencia, presidenta de la organización artesanal Amigos por el Turismo, manifiesta su molestia por considerar que este proyecto se trabajó a puertas cerradas. “No fuimos consultadas, y consideramos que el lugar no es apto para la instalación de un pueblito artesanal, ya que el sistema de tránsito en el lugar se puede transformar en un caos y puede haber accidentes de peatones en un lugar donde el mismo diseño de tránsito es complicado, a la entrada de un puente”. También señala que “no sabemos cual va a ser el criterio de selección para los puestos, si va a existir restricciones de productos por parte del municipio, si van a exigir la certificación internacional de artesanos, lo que dejaría a más del 90 por ciento de nosotros fuera del proyecto”.
La dirigente del taller Ilusión de Mujer, también cuestiona la ubicación del recinto, acotando que “la gente no pasa por allí, hay falta de público, y a nosotras tampoco se nos consultó, lo que consideramos una falta de respeto por parte de quienes elaboraron este proyecto.
VERSIÓN DE CULTURA
Frente a tanto cuestionamiento, pedimos una versión oficial del municipio en torno al tema, para lo cual solicitamos una entrevista con Marcela Vera, responsable del Departamento de Cultura, quien parte explicando la génesis del proyecto:
“Se trata de un proyecto que nació destinado a aprovechar un espacio que quedó y que es una estructura que se estaba deteriorando y que tiene el valor de corresponder a un patrimonio que data desde 1920 aproximadamente y que está cercano al río”. Acota que, “la idea fue concebida como una feria o plaza cultural en el ex puente comercio, considerando el déficit de espacios culturales que existe en La Unión, y como existía una deuda pendiente con los artesanos se determinó destinarlo al uso de un pueblo artesanal”. Puntualiza que “El proyecto consiste en techar el lugar y habilitarlo con 12 a 15 stand, para lo cual existe un financiamiento de 78 millones correspondientes al aporte de la Ley de casinos, que permite financiar proyectos de carácter turístico, y otros 13 millones del municipio para la construcción de los puestos”.
Frente al cuestionamiento de los dirigentes, Marcela Vera, señala que “perfectamente se le puede dar otro fin, pero no va a ser una inversión muerta, por cuanto La Unión tiene una carencia de espacios con fines culturales”.
Por otra parte, respecto al cuestionamiento de falta de consulta a las organizaciones, la funcionaria municipal respondió que “conversé con el presidente de la Cámara de Turismo y con un dirigente del Sindicato de Artesanos”, pero luego aclara que dicha conversación con el dirigente artesanal fue “respecto a la necesidad que existía en La Unión de un pueblito artesanal”.
Al referirse a la queja de los malos olores que emanan del río, Marcela Vera, argumenta que en Venecia y París perfectamente se hacen conciertos y los turistas van a comer a orillas de los canales o del Sena, los cuales tienen malos olores.
COMO EVITAR CONFLICTOS
Uno de los principios aplicados en las últimas décadas ha sido el concepto de participación ciudadana, particularmente en cultura. Los cabildos culturales y otras instancias han hecho que desde los distintos gobiernos exista un respeto hacia quienes trabajan en el arte y la cultura, lo cual ha permitido implementar polos de desarrollo utilizando los mecanismos de consulta, para que así los agentes culturales sean parte de todos los procesos.
Claramente en este proyecto no ha existido la necesaria comunicación con las organizaciones, lo que ahora gatilla este conflicto respecto a las posición que éstas tienen frente al proyecto, sin desmerecer que el aprovechamiento de una infraestructura histórica y emblemática de La Unión es importante y necesaria.
Cuando se entran a hacer comparaciones respecto a lo que se hace en otras partes del mundo no es bueno. Si en Europa el turismo debe convivir con los malos olores, no significa que en La Unión también deba ocurrir los mismo.
En su aclaración el Departamento de Cultura no asumió como un error la falta de participación ciudadana en el proyecto, lo cual impidió la socialización del mismo con las organizaciones artesanales, algo que no debiera volver a repetirse en La Unión.
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Héctor Morales S.