Señor Director:
El primer examen realizado por la OCDE, detalla que Chile tiene altos índices de segregación, lo que afecta directamente la calidad de vida y oportunidades de los chilenos en todas las regiones.
En ese marco, en el análisis realizado por Rimisp–Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural, indica que en la última PSU el puntaje promedio de los estudiantes de la Región Metropolitana fue de 514 puntos, mientras que en Arica-Parinacota sólo alcanzó los 467 puntos y ninguna otra región superó los 500 puntos promedio. Esta misma desigualdad, se observa en materia de pobreza: La Araucanía aparece como la más pobre del país con un 22,9%, frente a un 11,5% de la capital.
Esta situación, recurrente en Chile, refleja bajos niveles de cohesión territorial, es decir, lamentablemente, el destino de las personas depende poco de sus capacidades y esfuerzo y mucho del lugar dónde se nace.
Fomentar entonces la cohesión territorial en el diseño de políticas, significa otorgar a las regiones mayor autonomía, con derechos y responsabilidades en decisiones importantes que afecten su destino o los del bien común del país. Esto, requiere un sistemático esfuerzo de apoyo a sus capacidades colectivas, de emprendimiento, innovación, ejercicio de la ciudadanía y de una eficiente y transparente gestión pública.
Julio A. Berdegué
Ph. D. en Ciencias Sociales
Programa Cohesión Territorial para el Desarrollo, Rimisp