Atala Dejaiffe, una descendiente belga que se levanta ante la adversidad

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Atala es una mujer de rostro contemplativo, sus ojos claros y su sonrisa acogedora, dan tranquilidad a quienes nos acercamos a ella, nos sentimos protejid@s, como las mas de doscientas personas que a representado y por quienes a velado, durante el tiempo en que permanecieron en casitas de plástico y «charas» arriba del cerro donde se instaló el campamento «Cancha Cocholgüe», después del terremoto.

Cada vez que llegamos como pasajer@s del «Bus de la alegría», ella nos asume como su visita y junto a Marcia su cuñada preparan desayuno, tortillas rescoldo, pescado frito, delicias que preparan con tanto amor, que ya asumimos recibir, aunque al principio nos costó, ya que se supone debiamos nosotr@s colaborar: Asunto que resolvimos haciendo un aporte especial para nuestras amigas y no convertirnos en molestia, mas aún en momentos tan difíciles para ellas y sus familias.

En el campamento de Cocholgüe, Atala espera a que nos vayamos para repartir la ayuda que entregamos, producto de las campañas y la generosidad de la gente de la región de Los Ríos. Ese solo gesto denota un don de gente (como diría mi mamá) y una tremenda dignidad.

A través del teléfono nos enteramos que nuestros amig@s de «Cancha Cocholgüe», ya tienen sus mediaguas, Atala se preocupó de dar preferencia a l@s adultos mayores y a las familias con niñ@s, ella y Marcia, como siempre quedaron al final y le correspondió la peor ubicación, en la punta del cerro, donde el viento azota fuerte y la lluvia traspasó la techumbre, al parecer instalada de una forma no adecuada, que provocó que las pertenencias de Marcia se mojaran con las últimas lluvias.

«Menos mal pasó el agua», decía Marcia por teléfono, mientras que Atala, guardaba silencio….un silencio digno, porque cuando pregunto que necesitan, responden nada….cuando yo sé, por nuestro amigo Gerardo, sociólogo que trabaja en terreno, que sus maridos no han podido volver al mar por falta de redes, que se hace dificil enviar diariamente al hijo que estudia Educación Física en la Universidad San Sebastian de Concepción y que no hay dinero pa la carga del celular. Solo logro escuchar un «estaban ricas las papas»….aludiendo a los ochenta sacos de papas, generoso aporte de Paillaco, y creo que es un mensaje de que algunos sacos serán muy bien recibidos si es que logramos concretar el cuarto viaje del «Bus de la Alegría».

Como sensibilizar en tiempos de mundial, donde el fútbol es el tema cuando ya el terremoto no es contingencia. creo que a pesar de toda la ayuda gestionada en los primeros momentos, hemos sido mezquinos como región. Durante el terremoto del 60, recibimos escuelas y hospitales, nos falta hacernos presente como región con una obra concreta, un Jardín Infantil para Cocholgüe, es una buena idea y para concretarla se necesita a la sociedad civil a través del empresariado y sus trabajadores unidos con la institucionalidad.

Resulta insólito que la Cruz Roja, haya tenido que acudir a la denuncia pública, para lograr transportar a la zona afectada por la catastrofe, mas de mil kilos de ayuda entregada por la comunidad valdiviana…..en estos días, yo diría que es inmoral obstaculizar la acción solidaria. Debemos entender que terremoto tenemos para rato, asumamoslo, e insisto NO PODEMOS PARA DE AYUDAR.

Campaña «Redes para Cocholgüe»

Cuenta N° 52361573803, a nombre de las dirigentas del campamento de Cocholgüe,

Marcia Orfelina Cuevas Placencia, Rut 11.153.335-0

Guillermina del Carmen Flores Jeanprieti, Rut 11.153.335-0

Banco Estado Plaza Tomé.

Fono Atala: 09-74690083.

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Marisol Molina

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