A un año de la catástrofe que afectó material y emocionalmente a miles de chilenos y chilenas, y, como organización impulsora de la iniciativa solidaria «Bus de la Alegría», queremos manifestar nuestro agradecimiento a todas las personas que se sumaron a esta acción solidaria, e hicieron posible que podamos vivenciar, en tres opotunidades, esta experiencia de crecimiento y amor, que nos acercó a las personas de las localidades de Dichato, Cocholgue y Coliumo, a las que acompañaremos en estos días de conmemoración, en las diversas actividades de la comunidad, donde hemos sido invitad@s
Manifestamos nuestra preocupación por la calidad de vida, de nuestros amigos y amigas, ante la situación en que aún se encuentran como residentes de los campamentos, hoy llamados «aldeas». Aún no cuentan en sus precarias mediaguas, con los servicios básicos, como son agua y luz, situación que ha dejado al descubierto la ineficacia del proceso de reconstrucción implementado por el gobierno, dejando en evidencia la cruel desigualdad impuesta por el modelo económico imperante, incapaz también de establecer prioridades basadas en el principio solidario que debería primar, en nuestra sociedad.
Rechazamos además, todo intento de acallar la protesta de los afectados y afectadas por el terremoto y el uso de la fuerza, cada vez que se intenta evidenciar la triste realidad, en que se encuentran las familias, como ocurrió con motivo de la visita presidencal a Dichato hace algunos días, en que dirigentes sociales fueron detenidos por portar un lienzo protestando ante la arbitraria expropiación, lo que además tuvo como consecuencia que el alcalde de la comuna se negara a participar de los actos junto al presidente.
Apelamos por un aceleramiento del proceso de reconstrucción, que tenga como centro la dignidad de las personas, el respeto a su opinión, la transparencia y honestidad en la toma de decisiones, que vayan en real beneficio de las mayorías y no de quienes pretenden seguir usufructuando de un hecho, que hasta hoy nos sigue conmoviendo.
Instamos también a ejercer nuestro rol ciudadano que nos convierte en veedores de este proceso, en pos de optimizar cada una de sus acciones y de esta forma hacernos partícipes no solo de los sentimientos que provoca la exposición de los hechos, sino también de la construcción de ideas y formas, que hagan verbo la palabra solidaridad.
Marisol O. Molina Silva
Centro Cultural «Pablo Neruda»
