La actividad liderada por el Ministerio de Agricultura a través de CONAF en conjunto con la Municipalidad de Valdivia, consistió en la realización de charlas interactivas en la costanera de la ciencia de Valdivia con el fin de relevar el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, sitio de conservación de importancia mundial.
Todos los 2 de febrero, a partir de 1971, se celebra mundialmente el Día de Los Humedales. Ése año, en Irán, se realizó una convención mundial en la ciudad de RAMSAR, en la cual se concordó festejar a estos lugares de conservación de ecosistemas.
En La Región de Los Ríos, CONAF administra el Humedal o Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, motivo por el cual se decidió compartir la importancia con la ciudadanía regional y con los turistas realizando charlas interactivas en el sector fluvial de Valdivia.
Para Omar Sabat, alcalde de Valdivia, “tenemos la posibilidad de contar con un humedal de importancia mundial el cual lo valoramos como patrimonio natural y como atractivo turístico de nuestra Región de Los Ríos y de Valdivia”.
Asistieron además el Seremi de Medioambiente Daniel Del Campo y funcionarios de la Corporación Nacional Forestal del Departamento de Areas Silvestres Protegidas.
Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter es un refugio de vida en el corazón de Valdivia. Esta área silvestre protegida se ubica desde el extremo Norte de la Isla Teja, específicamente el cruce de los ríos Cau Cau y el Cruces; y hasta 2 kilómetros al norte del Castillo San Luis de Alba, con un largo de unos 25 kilómetros, y un ancho de dos km. Cubre una superficie de 4877 hectáreas del lecho del Río Cruces.
El origen de este humedal, tal como hoy lo conocemos, es consecuencia del fenómeno de descenso de la corteza terrestre, tras el terremoto de 1960 de Valdivia; que provocó el hundimiento de las tierras agrícolas bajas, y consecuente inundación de por las aguas de la red hidrográfica. Esto lo evidenciaremos claramente por la presencia en el río, a simple vista, de los postes de antiguos cercos de madera o árboles, algunos de los cuales aún con vida.
